La Cooperación Española impulsa viviendas a base de bambú en Ecuador

Manta, EFE

La construcción de viviendas a base de bambú es uno de los principales proyectos de la Cooperación Española en la provincia costera de Manabí, una de la más castigadas por el terremoto que asoló el litoral de Ecuador en 2016.

En el barrio de Los Gavilanes, al sur de la ciudad de Manta, un pequeño cartel a la entrada de una vivienda de 50 metros anuncia que se trata de la «Escuela taller para la reconstrucción de Manabí», vivienda prototipo de una de las iniciativas emblemáticas de España en esta región del mundo y al que ya han echado el ojo las autoridades locales.

En su interior, una familia de dos padres y un hijo discapacitado que perdieron su casa en el seísmo de 7,8 grados registrado el 16 de abril de 2016, que costó la vida a más de 700 personas y dejó miles de heridos y desplazados.

«Las de hormigón se cayeron, las casas que eran de bambú resistieron el temblor», evoca Manuel Mero Delgado, constructor de este tipo de inmuebles desde mucho antes de que el terremoto las pusiera de moda.

Con una financiación de 490.000 euros de la Cooperación, el ministro español del ramo y de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, visitó hoy esta inusual estructura para ver de cerca las ventajas de un material en cuyo cultivo también colabora España.

Borrell visitó una plantación en el corazón de la provincia Manabí, financiada con un millón de euros, especialmente por las características antisísmicas del bambú, llamado en Ecuador «caña guadúa».

«Aquí se ve una cosa claramente extraordinaria: Cómo a través del cultivo del bambú se puede poner en marcha una cadena de producción de material de construcción con la que hacen de forma realmente notable casas, puentes de hasta nueve metros de luz, hangares», añadió el ministro.

Desde sus conocimientos como ingeniero, expresó su sorpresa por la versatilidad del material, «que tiene una resistencia como la del hormigón» y gracias al cual se han construido casas térmicas y resistentes a los temblores.

Destacó el hecho de que más de 250.000 personas vivan de la cadena de producción creada por este proyecto de asistencia, «desde el cuidado de los campos de una forma racional, para unas talas que no supriman la vegetación, hasta el momento final en que se convierten en casas».

Con este tipo de misiones -según comentó- se constata la transferencia de tecnología, que supone un valor añadido al conocimiento ancestral y tradicional y permite en este caso, la elaboración de viviendas «con los grados de calidad técnica necesaria para que sea una actividad casi industrial».

Tras su tala, la caña de bambú debe pasar por un proceso de lavado con ácido bórico, que preserva la planta de las termitas y otros insectos y le confiere mayor dureza y resistencia.

«Necesitan ayuda técnica, claro, no es lo mismo hacerlo de una manera tradicional que como estamos ayudando que hagan», añadió Borrell al insistir que en la actualidad la ayuda va más allá de la dotación de recursos financieros, sino que se encamina hacia la innovación para que los países receptores den el salto tecnológico.

Al recibirlo hoy en la vivienda de Manta, el ministro de Vivienda de Ecuador, Xavier Torres, manifestó a Efe que el Gobierno de su país proyecta la construcción de este tipo de casas en serie, en conjunción con la Cooperación Española y una universidad local.

«Vamos a construir viviendas de este tipo programadas para producirse en serie y a gran escala», detalló Torres antes de subrayar el papel destacado de la Cooperación Española en el país.

Durante su desplazamiento hoy por varios de los proyectos que impulsa España en el país andino, Borrell subrayó la labor de la Cooperación Española en su conjunto como «marca de calidad».

En 51 operaciones por todo el territorio ecuatoriano, la AECID tiene en este momento una cartera vigente de proyectos por valor de 108 millones de euros.

Los dos países acaban de firmar un acuerdo que abarca entre 2019 y 2022, por el que España aportará una ayuda a Ecuador de 50 millones de euros (52 millones de dólares) en cooperación en cuatro áreas prioritarias: desarrollo económico sostenible, investigación, desarrollo e innovación, igualdad e inclusión social y hábitat.