Matriarcado provincial

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

El epílogo eleccionario nos muestra que, en el nuevo espectro político del Ecuador, el PSC tiene la mayor presencia a nivel nacional, como novedad le sigue Pachakutik, de lejos se ubica CREO bastante disminuido, le sigue Democracia Si, y muestra un Alianza País entre los virtuales perdedores, igualmente a los correístas atrincherados en la lista 5 les fue pésimo, excepto por cierto repunte en Pichincha y Manabí. Hubo situaciones que merecen destacarse, por ejemplo, cierto candidato que ganó con un voto, otro alcanzó una Alcaldía con sólo dos votos de ventaja. El padre Tuárez fue el más votado en la lista de varones para el Cpccs, pero no podrá dar más misas y el voto nulo fue la opción ganadora en la lista de hombres y la de mujeres para el malhadado Consejo.

En cuanto a la relación de género, se puede decir que aún somos una sociedad andrógina, pues a nivel nacional se evidencia una abrumadora presencia masculina, de 221 alcaldías sólo 17 fueron para mujeres; 19 prefecturas fueron para hombres y sólo 4 para mujeres; nuestra provincia es una relevante excepción, las principales dignatarias de elección popular son dos destacadas representantes del género femenino, quienes en buena lid se hicieron acreedoras una de la Alcaldía y la otra de la Prefectura. Lucía Sosa y Roberta Zambrano, ambas no son neófitas, la una viene de una dilatada experiencia como Prefecta y la otra deja la relativa comodidad de la A.N. por la exigente responsabilidad del desarrollo provincial.

Las hijas de Afrodita en general son buenas administradoras, en la historia de la humanidad hay innumerables ejemplos de mujeres valiosas; son ellas las que pueden llegar a sublimes sacrificios por el bien de su prole, son ellas quienes tienen un innato sentido de las prioridades para mantener un hogar, una comunidad, un pueblo, como suele decirse, ellas saben “con cuántos verdes se hace un tapao”. Ambas personeras son reconocidas por su carácter fuerte, y aunque en ámbitos distintos, eso puede propiciar negativas fricciones, esperemos que, por el bien de Esmeraldas, la colaboración, el diálogo y la tolerancia se impongan a las actitudes altisonantes.

Concluyo parafraseando a Víctor Hugo: “El hombre es la más elevada de las criaturas, la mujer el más sublime de los ideales, el hombre es el cerebro, la mujer el corazón, el cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor”. Si por este matriarcado quedamos como “mandarinas” nos sentiremos orgullosos, si vemos a Esmeraldas progresar y desarrollarse.

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