¿Y para qué continuar?

Patricio Valdivieso Espinosa

No venimos a este mundo a ser simplemente uno más, ni pasar por desapercibidos; sin vanidad, somos importantes para muchos, más aún, cuando decimos verdades enfrentando mentiras constantes. La vida está para vivirla, con sus altos y bajos, con triunfos y derrotas, con sueños truncados, con nuevas esperanzas, oportunidades constantes, con dolores y alegrías, que nos van enseñando, a tomar decisiones correctas en el camino, no para satisfacer vanidades personales, sino para alcanzar soluciones colectivas.

Pero, sobre todo, hay que convencernos: sólo quien cae, ha ganado el derecho a levantarse; el andar se aclara y la vía se transita con mayor cuidado.

Obviamente, hay que entender también, que no todos los que están a nuestro alrededor son sinceros; que muchos manejan una doble moral; y, que, escoger realmente en quienes confiamos, no puede estar basado en una simple percepción, sino en un sentir, que nos permita escoger la mejor opción.

No hay que temer a las adversidades ni dejar que nos estanquen; siempre hay que seguir adelante, jamás detenerse; las derrotas sólo nos hacen más fuertes, nos llenan de experiencia y nos muestran el camino para volver a empezar. Seguro habrá cosas que cambiar, la vida misma es un constante aprendizaje; pero para avanzar, hay que desaprender, no dejarnos construir como historias falsas, y edificar la realidad basada en los sueños que nos hicieron vibrar. El éxito no es casualidad, es el resultado de la preparación, constancia y decisión correcta. La idea, es influir éticamente, porque solapar ambiciones, vaguerías y bajezas, cualquier puede. (O)

[email protected]