CARLOS CONCHA JIJÓN
Increíble, pero cierto, es lo que está sucediendo en Esmeraldas, desde hace muchísimos años, por el olvido que pasan, dizque, edificaciones que pertenecen al Patrimonio Cultural de la Nación, bajo el cuidado de los municipios, que, según las leyes, deben ser los guardianes de estos monumentos culturales, teniendo la obligación de custodiarlos, conservarlos, protegerlos, etc., disposición legal que parece ha sido incumplida, en donde podría existir por lo menos un delito por omisión.
Varios han sido los reclamos de comunicadores sociales y de la colectividad esmeraldeña, pero la sordera ha sido inmensamente grande, cuando las autoridades responsables de ejecutar las acciones pertinentes para cumplir con esta disposición legal del Acuerdo Ministerial 4418 del Ministerio de Educación y Cultura, en el que se determina la obligación del Municipio para la custodia y protección de los inmuebles, monumentos y/o parques inventariados, cuya declaratoria se refiere a 27 inmuebles y doce equipamientos urbanos, donde también está considerado el parque Luis Vargas Torres inaugurado el 5 de Agosto de 1921 y hoy arbitrariamente entregado a otra persona, violando la Ley.
Aunque esté chocando dos veces con la misma piedra, tengo que referirme al abandono en que se encuentran varias casas que ya no son casas pero siguen siendo Patrimonios Culturales de la Nación, que por un lado presentan y representan un espectáculo deprimente a propios y extraños, pero vistas desde otra arista, en la expresión más común de nuestra colectividad, es un peligro, que por su vetustez la mayoría se cae a pedazos.
Sin embargo, el uso que se les da con permisos de las autoridades, no son una seguridad, para que cuando menos lo pensemos estos monumentos al abandono terminen en un incendio que nadie lo desea, pero de darse solo quedarán los lamentos y entonces sí habrá más de una voz popular señalando a los culpables. Más vale prevenir antes QUE…