‘Decidamos’

Pablo Ruiz Aguirre

Decidamos levantarnos y dejar de vivir dormidos, para que apreciemos aquello que alrededor solo apreciamos cuando no lo poseemos; Decidamos cambiar la rutina por lo espontáneo, el hábito por el imprevisto, lo regular por lo inconcebible, para que podamos saber que la vida no es una etapa sino el momento; Decidamos dejar de alargar los minutos de nuestro tiempo, y vivirlo al máximo ensanchando su esencia.

Decidamos trabajar por el amor a la causa justa e impropia, para que el materialismo no invada nuestra alma sin cesar; Decidamos amar, lo que no conocemos, lo que no hemos visto, tocado, ni sentido, para que entendamos que lo que amamos no es costumbre sino el amor mismo; Decidamos dejar los espacios cómodos nuestros, para construir lo confortable para la sociedad.

Decidamos rebelarnos, por el prójimo, hablar por el callado, pelear por el derrotado, escuchar por el oprimido, luchar por el no defendido; para poder crear una comunidad más homogénea; Decidamos leer y no revisar un texto, para emprender en el alma, el camino sinuoso del intelecto, para construir el puente entre el pensamiento y la emoción, para romper los muros de la mediocridad impartida.

Decidamos hacer lo que no pensaríamos hacer, caminar por donde nunca lo haríamos, correr por donde caminaríamos, comer aquello que nunca observaríamos, viajar fuera de los límites implantados, conocer a quien no imaginaríamos, buscar lo que nadie encontraría, para así entender que no somos un prototipo de ser humano, sino individuos del mundo, con un universo interno.

Decidamos apreciar cerrando los ojos, para querer por el pensamiento, para sentir el corazón ajeno, para dejar de lado lo socialmente aceptado; Decidamos cantar en vez de murmurar, gritar con fundamento absoluto, para expresar todo aquello que en el alma ahonda esperando cambiar.

Decidamos abrazar a quien nos ofendería; ayudar a quien nos odiaría, trabajar por quien nos traicionaría, comprender a quien nos lastimaría, dar una oportunidad a quien nos negaría acceso absoluto, para así demostrar que el respetar y aceptar la humanidad misma de todos, es el primer deber del ser humano.

Decidamos llorar en público a pesar de ser tildados, expresar el amor ante todos y todo a pesar de ser ridiculizados, triunfar en la vida a pesar del riesgo del fracaso, bailar cuando los demás pretendan mover los pies; para así entender que el arriesgarse es lo que da sentido al tiempo de la vida, cuyo riesgo único, es no arriesgarse a nada. (O)

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