Mariana Velasco
Ejercer el periodismo es un permanente desafío de no caer en la trampa de la polarización para cubrir los hechos sin adjetivos y sustentar el trabajo en la investigación rigurosa. Además de sortear la violencia, intimidaciones, censura y la falta de transparencia de los poderes.
Es convertirse en antena y adquirir profundo conocimiento de la compleja realidad de nuestro país, latinoamérica y el mundo, a través de una escritura clara y comprometida, como valores del periodismo en la sociedad contemporánea. El periodismo tiene una función social en los países democráticos al ser el espejo donde los poderes miran las anomalías para depurarse. Por ello, la distancia es necesaria y obligatoria. Permite cubrir de manera honesta la realidad.
El periodismo es herramienta que recoge fragmentos de realidades distantes y al mismo tiempo es un microscopio que permite escudriñar, dar información a las personas para ejercer mejor sus derechos ciudadanos y amplificar hechos que escapan a la mirada de las personas.
El periodismo necesita menos egos y no es un asunto generacional. Se trata de ejercer con rigor la profesión. Los jóvenes periodistas no deben ofenderse ante el ‘fact checking’. Revisar línea por línea sus textos, trabajar con guion o pedir una nueva toma para el reportaje, es garantizar la calidad de los productos periodísticos.
El periodismo es uno de los contrapesos históricos del poder y toda democracia merece un periodismo sano. La universidad debe entregar formación académica, las audiencias tienen la responsabilidad de demandar información contrastada y verificada. El ejecutivo y las otras funciones, deben regular la publicidad oficial y transparentar sus gastos. Ejercer el periodismo es minimizar el ego y ofrecer más servicio a los ciudadanos.