Eutanasia

A veces, las preguntas son más importantes que las respuestas. El español Ángel Hernández, 70 años, decidió ayudar a que su esposa, María José Carrasco, de 61, muriera. Lo hizo porque ella se lo pidió, para frenar el sufrimiento de 30 años con esclerosis múltiple. Lo hizo porque ella ya no podía ni moverse y, por eso, tuvo que darle con sus manos el pentobarbital sódico que la dejó dormida para siempre.

La Ley de su país podría juzgarlo por homicidio atenuado y sentenciarlo hasta a dos años de cárcel. Ella, que sabía de leyes, le pedía que luego de su muerte no dijera nada, pero él se entregó a la Policía y esa noche de duelo la pasó en un calabozo. Se convirtió, entonces, en el primer español en ir a la cárcel por ayudar a morir a otra persona.

Él grabó en video las veces en que ella le pedía que la ayudara a tener una muerte digna, evidenció su sufrimiento y también los instantes previos al final. “Si es que más del 80% de los españoles quiere que se regule la eutanasia, es algo transversal”, declaró ante los periodistas, que ahora hacen fila en la puerta de su casa.

Los policías que lo custodiaron en prisión le dijeron que es la Ley, pero que ellos hubiesen hecho lo mismo. ¿Qué habría hecho usted si la vida le ponía ante esa decisión? ¿Tiene el Estado el derecho de decirnos que debemos vivir 20, 30, 40 años con una enfermedad que nos acribilla a diario? ¿Tiene derecho la familia? ¿Tenemos nosotros el derecho de decidir cuándo morir? Muchas veces, las preguntas son más importantes que las respuestas.


La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia”. Tucídides Historiador ateniense (460 AC-396 AC)

La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado”. Jose María de Pereda Escritor español (1833-1906)