Cueros al sol

FAUSTO MERINO MANCHENO


En la campaña electoral presidencial de los Estados Unidos, mucho más que en cualquiera anterior, se dijeron de todo entre los candidatos. La prensa escrita, televisiva y las redes sociales, divulgaron detalles de pasados políticos y episodios familiares íntimos desfavorables, no solo de los aspirantes, sino de sus familiares y colaboradores más allegados. Abundaron fotografías, declaraciones erradas, frases sacadas de contexto, acusaciones de inmoralidades, de evasiones de impuestos, descuidos de mensajerías oficiales utilizados por teléfonos privados, detalles de las vidas amorosas, posibles enfermedades, en fin, se valieron de todo en las campañas que terciaron la final electoral. Ganó quien más popularidad alcanzó, quien más genuino se mostró y que no necesariamente fue el mejor.
Acá en el país, ya mismo empieza la campaña electoral. Se hablará de impedimentos físicos, de gastos innecesarios en alguna función improductiva, de episodios de corrupción antiguos o recientes; de colaboraciones para desastres económicos, de ligazones a partidos políticos que cometieron en su tiempo actos de violencia en contra de grupos de la sociedad y saldrán a la luz hechos verdaderos y otros falsos o sugerentes de actividades personales, familiares o grupales, que hagan desmedro al contrincante a quien pretendan disminuir en su caudal electoral. Mejor sería que ofrezcan a los electores planes concretos y viables para mejorar la situación de pobreza y desempleo; defender el agro y la naturaleza; parar la corrupción y la violencia.
Saldrán, asimismo, a la opinión pública, resultados de encuestadoras que irán monitoreando las preferencias y tendencias temporales del respaldo a las candidaturas. Unas, dirigidas para favorecer a determinado candidato y pocas que talvez ofrecerán datos confiables, aunque en dos de los sucesos internacionales más recientes, ellas se equivocaron rotundamente. Así, en Colombia, las encuestadoras sobre la pregunta en el Referendo, de que si la sociedad rubricaba en las urnas el acuerdo con las FARC celebrado por el gobierno de ese país, manifestaron que el resultado sería decisivo a favor del Sí. Triunfó el No. En Estados Unidos, todas las encuestadoras daban al menos un 5% de ventaja al resultado en favor de Hillary Clinton y al final ganó Trump casi con la misma diferencia sobre la candidata demócrata.


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