Rodrigo Contero Peñafiel
En poco tiempo, en el mundo habrá más adultos mayores que niños menores de cinco años, el número de personas de 60 y más años pasará de los mil millones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que debe garantizarse a todas las personas una buena atención en salud para que tengan una vida sana, activa y productiva que les permita ser útiles a su familia y la sociedad.
Dice además que “el desafío de los sistemas de salud pública en el mundo no sólo es garantizar que la población viva más, sino que viva bien”. En los adultos mayores las limitaciones corporales, funcionales y sociales propias de la edad son naturales e inevitables y deben ser enfrentadas con responsabilidad.
El cambio generacional es una realidad que debe ser planificada con el conocimiento de las nuevas generaciones y la experiencia de los viejos, tomando en cuenta el avance de la ciencia y la tecnología.
Los errores cometidos al suprimir puestos de trabajo sin importarles la pérdida a servicios de salud y las pensiones jubilares para cumplir compromisos políticos y ubicar parientes, amigos o coidearios ha permitido que el IESS tenga 38.000 trabajadores; el ingreso de 1’800,000 familiares de afiliados sin financiamiento, la supresión del 40% de contribución obligatoria del Estado y el traspaso de partidas presupuestarias sin sustento técnico, son errores que deben corregirse de inmediato.
Un nuevo experimento se advierte en la Seguridad Social, debido a que la esperanza de vida de la población ha subido a 80 y 83 años, se busca justificar el incremento del tiempo de aportación de los trabajadores hasta los 70 años, y al no estar financiados el pago de décimo tercero y cuarto sueldos hay que incrementar el índice de aportaciones para cubrir estos rubros a los jubilados y pensionistas. Una nueva legislación es el resultado de un debate responsable que considere la realidad del país.
Los derechos fundamentales de los adultos mayores deben ser garantizados por las dependencias gubernamentales, todos los trabajadores entregan los mejores años de su vida al desarrollo del país y deben ser tratados con dignidad y respeto.