Escándalo

Eduardo F. Naranjo C.

Como en la serie televisiva de nombre similar, se percibe un escenario parecido, en el que aparecen voceros tratando de aclarar puntos oscuros de la política, donde todo vale. A pesar del apoyo mediático, no alcanzan a explicar con claridad qué realmente ocurre en el panorama nacional e internacional.

Con un público despistado y amnésico, después de escuchar tantos y tantos embrollos del gobierno anterior y este, no hay mayor problema. Somos parte del ‘show’ y las contradicciones aparecen y pasan. Es cuando los gestores que saben cómo aprovechar su posición hacen de las suyas.

Proponer proyectos ridículos, como la inversión hecha con dinero de los ecuatorianos en los terrenos del Aromo (Manabí), muestra una vez más cuánta ignorancia y mala fe hay entre los operadores políticos. Uno que por casualidad ocupó la Secretaría de la OPEP, luego de retornar de los Estados Unidos, invitado por una empresa de colectores solares, propuso llenar el “Aromo” de esos artefactos, cuando en realidad sobra energía eléctrica y de fuentes no contaminantes.

Así es como se manejan las cosas. Aparecen “proyectos” de la nada y se los propone olímpicamente para ver si caen unos cuantos milloncitos. A las claras se ve que no hay gobernanza, sino improvisación y así seguiremos por el resto del tiempo.

Los escándalos de corrupción en política son pan de cada día, en los sectores encargados de la seguridad también los hay y no se ve la respuesta judicial debida. Con la nueva Fiscal General hay expectativas de que quizá se concreten, porque el crimen organizado y las pequeñas pandillas están haciendo de las suyas en este, hasta hace pocos años, tranquilo territorio. ¿Nos estamos transformando en un país fallido? ¿Habrá una esperanza en el horizonte?

[email protected]