No va más

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

“Somos tolerantes, pero no estúpidos…” fue lo que entre otras cosas manifestó un indignado Lenin Moreno, al detallar algunas de las detestables prácticas del australiano J. Assange, el mantenido más caro de la historia, otro vergonzoso hito de la década robada, como su intromisión en elecciones y asuntos de otros países, de los cuales ni el Vaticano se libró, súmele una acusación por violación en su país, que hoy se reactiva al dejar nuestra Embajada en Londres.

Se quedó corto Lenín llamándolo malcriado y malagradecido, pues este parásito que en los últimos siete años vivió a expensas de la generosidad ecuatoriana, fue el artífice de la reprochable práctica de espiar a la intimidad familiar del Presidente y entre su irrespetuoso comportamiento al interior de la Embajada, hasta lanzó heces fecales a las paredes y llegó a calificarnos como “país insignificante”, como dice el refrán, fue el perro que mordió la mano que lo alimentaba.

Desde 2012 hasta la semana pasada Assange en su condición de asilado, gracias a Correa, pudo darse una vida de vago mantenido, en tanto que era requerido por la justicia de tres países, su dilatada permanencia en nuestra Embajada le costó al Ecuador más de 6 millones de dólares, pero para el correísmo ese insensato gasto era una inversión, las habilidades del hacker les servían para tapar las verdades de la década robada y hacer espionaje a quienes consideraban sus enemigos, práctica de la cual Lenín fue un objetivo de primera línea.

Quien tenga un básico nivel de raciocinio, aplaude la decisión del Presidente y eso a hecho casi todo el país, poco nos interesa la interpretación que sobre el tema tengan en otras latitudes, hasta el diablo tiene adoradores. Aquí estamos claros, hay muchas familias ecuatorianas que necesitan con urgencia los recursos que se malgastaban en este parásito, a quien Lenin fiel a nuestros principios, ha exigido se garantice la vida del hacker.

Ligada a la salida de Assange de la Embajada, hoy bajo custodia de la justicia inglesa, viene la lógica revocatoria de la nacionalidad ecuatoriana, que de manera inconsulta y fraudulenta le fue concedida por los esbirros de Correa, ya se ha descubierto lo suficiente para que el Estado demande a María Espinoza, Long y Patiño, que fungieron como cancilleres en los años que se otorgó el criticado asilo y esa oprobiosa nacionalización que a Dios gracias no van más.

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