¡Corruptos!

Juan Sebastián Vargas

Se supone que esta fecha debería ser un momento de regocijo y perdón, pero no podemos ser tan indolentes ante tamaña corrupción que vivimos actualmente, y es que eso no se puede perdonar, es alarmante, indignante y vergonzoso por lo que el país está atravesando, la corrupción se ha “institucionalizado” en el Ecuador, los escándalos saltan cada semana, es extremadamente inmoral lo que sucede este momento, la corrupción actual hace que las administraciones públicas de hace 15 o 20 años nos parecieran un juego de niños, los dos últimos casos tanto el de Petroecuador como el de Odebrecht son una burla a los ecuatorianos, nos toman por ignorantes y lo peor de todo es que se justifican como ¡casos aislados!.


Es repugnante que en muchas instituciones públicas los procesos de contratación tengan que pasar por coimas, el tráfico de influencias es algo normal hoy en día, el soborno es parte del proceso, solo falta que abran un Departamento de Coimas en muchos municipios, ministerios y secretarías en donde el dinero se lo reparten desde los mandos medios hasta las cabezas, el sistema es nauseabundo y desagradable, no existe control porque el control también esta corrompido, la ambición y el poder les ha llevado a emborracharse, como la jueza Collantes que es el mejor ejemplo de lo que le pasa a nuestro país, lleno de “capos” solo me hace pensar que vivimos en el país en donde pertenecer a las altas esferas de un partido político te convierte automáticamente en “poderoso”, la justicia es parcializada, la corrupción no es exclusiva del sector público, el sector privado también cae en el juego y han asomado los famosos “nuevos ricos” que lo único que han hecho es utilizar el tráfico de influencias para ganar contratos y ahora aparecer como “grandes empresarios”, vivimos en un país donde el que gana a expensas de la pérdida de otro es “negociazo”, los conceptos lo tenemos errados, el dinero fluye debajo de la mesa, el que no tiene “contactos” está perdido.
El país necesita honestidad y sobre todo justicia, pero una verdadera justicia, no aquella que sirve a pocos a cambio de dinero, necesitamos un “s hock” que nos despierte a los ecuatorianos ya que por el momento “por donde se aplaste sale pus”.