‘Echar a correr’

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

Hemos acompañado a Cristo en su camino de cruz, recorrimos ese camino haciéndolo nuestro, asumimos en nuestras vidas su pasión y su muerte, y estamos pronto a vivir su Resurrección.

¿Cómo ha sido nuestro camino de cruz? ¿Lo recorrimos? Creo que sí, me atrevo a decir que sí, porque somos creyentes que nos quedamos muchas veces en la cruz y no damos el paso hacia la Resurrección.

Nuestras iglesias estuvieron llenas el domingo de ramos. Miles de miles portaron un ramo en sus manos. De igual manera, miles han participado en el vía crucis, con el gran riesgo de que se quede en una representación y no nos metamos realmente en ese camino y asumamos lo que significa la cruz y la redención que nos trae la cruz.

Francisco nos dice: “¡Oh Cruz de Cristo! Símbolo del amor divino, camino de resurrección, signo de la obediencia, estandarte de la victoria”. ¿Vemos así la cruz? ¿La vemos como el más grande símbolo del amor de Dios por nosotros? ¿La vemos como el camino de resurrección?

Nunca dejemos de contemplar la cruz, allí está nuestra salvación, y al contemplarla, recordemos que la cruz “no es algo”, la cruz “es alguien”, es una persona, es Cristo.

Asimismo, Francisco nos recuerda: “Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz, y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor”.

Y desde esa cruz que hacemos nuestra, debemos prepararnos para “echar a correr” y anunciar con alegría la Resurrección.

Cristo no termina en la cruz, Pablo ya lo recuerda, sería vana nuestra fe si Cristo no hubiera resucitado. No se queda en la cruz, el Señor vence a la muerte, el Señor Resucita y es lo que nos aprestamos a vivir y a celebrar esta noche en la Vigilia Pascual, a la que lamentablemente no acuden tantos como en el domingo anterior, es que no dan el paso de la muerte a la vida.

Como las mujeres en esa mañana de Pascua, todos nosotros debemos “echar a correr” a anunciar la Resurrección. Seamos portadores de la Buena Nueva de la Resurrección. ¡Felices Pascuas! ¡Cristo Vive! (O)