Cristo del Consuelo, entre fe y solidaridad

Multitudinaria. Los fieles participaron masivamente del recorrido guayaquileño.
Multitudinaria. Los fieles participaron masivamente del recorrido guayaquileño.
Cucuruchos. Personajes imperdibles de la procesión Jesús del Gran Poder.
Cucuruchos. Personajes imperdibles de la procesión Jesús del Gran Poder.
Devoción. En Ambato, los feligreses cargaron la figura de Jesús por más de tres horas, durante su recorrido de Viernes Santo.
Devoción. En Ambato, los feligreses cargaron la figura de Jesús por más de tres horas, durante su recorrido de Viernes Santo.
Viacrucis. Cientos de devotos recorrieron desde el parque Zaracay hasta el Santuario el Bombolí, en Santo Domingo.
Viacrucis. Cientos de devotos recorrieron desde el parque Zaracay hasta el Santuario el Bombolí, en Santo Domingo.

Redacción GUAYAQUIL

Miles de devotos acompañaron ayer la procesión del Cristo del Consuelo, en una enorme demostración de religiosidad y veneración en el Viernes Santo. El acto de fe cristiana tuvo una gran carga solidaria en favor de los niños víctimas de cáncer, de la Fundación Asonic. Para ellos se vendieron botellas con agua, cuyos fondos van para cubrir sus necesidades.

Las botellas se expendieron a las personas que llegaron desde diversos puntos del país. A partir de las 07:00 se dio la partida de la procesión número 60, con la imagen de Cristo tallada en madera, desde la capilla del Cristo del Consuelo, donde quedó expuesta en un altar hasta el próximo Domingo de Resurrección.

A la cabeza de la carroza, adornada con flores rojas y blancas, y una enorme marea humana, se ubicó el arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera, quien siguió de cerca el paso de Jesús, en cada una de sus estaciones. A su lado, un grupo de religiosas de la caridad también lo acompañaban. Los grupos marianos se sumaron al evento entonando alabanzas con sus instrumentos musicales.

Concentración
Los fieles, antes del recorrido, durmieron dentro y fuera del templo, desde el Jueves Santo, para luego ser parte de la procesión. Unos caminaban descalzos, otros de rodillas. No faltaron quienes simbolizaban la pasión de Cristo llevando en sus hombros su propia cruz.

Raúl Aguirre, uno de los penitentes, dijo que todos los años acompaña la procesión, porque siente que debe agradecer al Cristo del Consuelo, por la salud y el hecho de tener un trabajo que le permite sostener a su familia.

Sonia Vargas, una joven que llevaba un rosario en sus manos, comparte el criterio de Aguirre, y con devoción no paró de orar. Así como ellos, cientos de personas elevaron sus plegarias al cielo.

Seguridad
La Policía acordonó la carroza del Cristo, pero aún así, la avalancha humana se dio tiempo para alcanzar a tocar el madero y santiguarse.

El bombero Francisco Calle, de la Cuarta Brigada, se mantenía expectante a atender alguna eventualidad.

EL DATO
La procesión recorrió dos kilómetros.La venta de comidas preparadas e imágenes religiosas no estuvo ausente este año en la tradicional procesión de Viernes Santo. Los precios tampoco estuvieron elevados al punto que un plato con fanesca llegó a costar hasta 4 dólares.

“Hemos rogado por cientos, por miles de ancianos, también hemos meditado, hemos acompañado a Jesús en sus momentos difíciles”, decía monseñor Cabrera a la llegada al sector de Cisne 2, donde la imagen quedó expuesta a los devotos del Suburbio Oeste de Guayaquil.

Las tradiciones no mueren y por el contrario se mantienen arraigadas en el corazón de los fieles que se congregaron en la procesión de la Semana Mayor, el evento de mayor concurrencia de público que se puede observar a lo largo del país. (DAB)

Jesús del Gran Poder
° Miles de personas se concentraron ayer en las calles del casco antiguo de Quito, para participar en la procesión de ‘Jesús de Gran Poder’, considerada como Patrimonio Intangible de la ciudad desde 2015. Nacida en 1961 de la mano del sacerdote franciscano, Francisco Fernández, se mantiene la tradición de cargar por algunas calles del Centro Histórico la imagen de balsa de Cristo con el peso de la cruz sobre uno de sus hombros. Jorge Molina, voluntario de la orden franciscana, contó que “al menos unas 200.000 personas acuden cada año a esta procesión entre quienes se inscriben como penitentes y la gente que viene a presenciar la marcha”. Entre rezos, música entonada por la banda de pueblo, y alabanzas de fieles católicos, el recorrido de la imagen de Jesús inició en la iglesia de San Francisco, una de las joyas arquitectónicas coloniales de Quito. EFE