Salvemos al planeta

LUIS REINOSO GARZON

Al celebrar el Día Mundial de la tierra el 22 de abril, el tema principal que se abordó fue que, el sistema alimentario ejerce fuerte presión sobre la gestión del suelo, y en particular sobre la deforestación. Si se talan muchos bosques, básicamente se arruina el sistema de regulación del ecosistema porque los bosques almacenan dióxido de carbono, pero también son el hábitat de especies y reservorios de la biodiversidad.

Más de 40 por ciento de las tierras del mundo se convirtieron en espacios para la agricultura, lo que llevó a la pérdida de la mitad de los bosques del planeta. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación señaló: que la agricultura comercial es uno de los principales responsables, así como la producción ganadera, la de soya y la de aceite de palma.

El mismo hecho se observa en la Amazonia, donde se talaron árboles para dar lugar a la cría de ganado y al cultivo de soya, la mayoría de la cual se usa para fabricar forraje, y no para el consumo humano. Además, el uso intensivo de fertilizantes también generó degradación y hasta desertificación de tierras.

En estas reflexiones se detalló tres medidas ambiciosas que son necesarias para mantenerse dentro de los límites ambientales, que incluyen las mejoras tecnológicas que pueden aumentar la producción de alimentos sostenibles y así disminuir la demanda de más tierras cultivables.

Otra medida aún más abrumadora, es cambiar a una dieta basada en vegetales; esa alternativa será aún mejor para disminuir las emisiones de gases invernadero, y también será una dieta más equilibrada para la salud. Los alimentos que comemos y cómo los producimos determina la salud de las personas y del planeta, y actualmente estamos haciendo muy mal, Además del cambio de dieta, se necesita una pérdida nula de biodiversidad, expansión igual, nula de tierras cultivables.