Tabúes de nuestros tiempos…

Alfonso Espín Mosquera

El 22 de abril se cumplió un aniversario más de la muerte de Miguel de Cervantes. A nadie le importó, porque nadie sabe con seguridad ni siquiera quién fue. Muy pocos nos interesamos en la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. Esto es terrible en un mundo de aberrantes consumismos, en el que solo importa cuánto tienes y qué puedes comprar.

Los valores éticos no son importantes, tampoco son necesarias las artes para el gran conglomerado de la población. Pensar en el teatro, la danza, la música o la pintura, es tabú en estos tiempos. Mientras, la vulgaridad, la sexualidad sin límites, la pornografía y aun la exaltación al narcotráfico en las telenovelas, son circunstancias normales.

Nos hemos vuelto complacientes, al punto de llegar a suponer que quien conoce de esos temas es digno de admiración y respeto. Estamos en la era de los ‘reality shows’, en los que nada nos sorprende. Cada programa compite por presentarnos lo increíble. La dignidad es lo de menos: en estos espacios se ventilan circunstancias íntimas que denigran la condición humana.

Creer que los ciudadanos deban interesarse por su entorno, no de manera morbosa frente a calamidades de otros, sino como entes de colaboración, es realmente un mito. Nos han robado la inteligencia y la soledad se apropia de nosotros, a pesar de que nos rodean millones de idiotizados por un celular. Las redes sociales terminaron con la posibilidad de enfrentarnos cara a cara, de demostrar nuestro afecto de manera real.

Fotografías perfectas, existencias mágicas de princesas y los mundos soñados están en internet, aun a sabiendas de que son circunstancias falsas. El mundo se despepita por mostrarse, por venderse. No sé para qué, si su fama y éxito durará el tiempo en que la pantalla de algún monitor permanezca prendida.

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