Ciudad informal

Cuando Nebot desalojó en Guayaquil varias cuadras invadidas por negocios informales tuvo mucha resistencia de varios sectores, sin embargo, con mano firme lo hizo y de esta manera recuperó zonas que prácticamente eran intransitables, además, que coadyuvó al ornato urbano y a la seguridad de los ciudadanos, pues bien, en Ambato sufrimos de un problema similar, en una publicación de este diario del 15 de abril se trata esta dificultad que tenemos los ambateños ante la invasión de las calles por parte de los comerciantes informales, calles como la Tomás Sevilla junto al Mercado Modelo nos hace regresar probablemente a los años 30 o 40 en donde no existían ni ordenanzas ni reglas claras, es una vergüenza transitar por esta calle insegura, congestionada y sobre todo sucia que conlleva a problemas de salubridad, lo mismo sucede en los alrededores de la Plaza Colón, las calles Araujo, Cuenca, Ayllón y Cañizares se han convertido en parte de la misma Plaza, no se puede ni caminar, las autoridades probablemente por no querer meterse en ‘camisa de once varas’ prefieren ‘hacerse de la vista gorda’ y es que en efecto estamos conscientes que luchar contra estas organizaciones es muy complicado pero hay que hacerlo, el nuevo Alcalde deberá poner énfasis en este tema, por otro lado hay una gran corresponsabilidad de la ciudadanía y es que mientras sigamos comprando en la vereda este negocio informal no se va acabar, por ello amerita una campaña no solamente para el vendedor informal como tal sino para la misma ciudadanía, se debe concientizar, llegar a acuerdos, apoyar la construcción de espacios en donde puedan vender sus productos pero de forma organizada, limpia y segura pero sobre todo se requiere de mucha decisión por parte de las autoridades para luchar con esta problemática, no debemos culpar de todo a la crisis económica, esto no debe ser argumento para permitir que sigan utilizando las calles de Ambato como un mercado, tampoco se trata de afectar a los comerciantes que como tal desean subsistir, pero justamente para eso se debe socializar los proyectos de una forma apropiada de tal manera que la gente no tenga temor a utilizar los lugares adecuados para el comercio.