Cadalso

Constituye un tema que si bien es cierto data casi que a la par de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, no obstante, en los últimos tiempos con el justo derecho se vigoriza, y me quiero referir a la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.

Las mujeres y los hombres nos diferenciamos por algunos aspectos fisiológicos, mas no por el derecho de igualdad, lastimosamente esto último tiene una amplia data de injusta vulneración, de tal forma que nunca es tarde la justísima reivindicación a entender, que el atropello no debe continuar.

La mujer siempre ha dado muestra de total entrega, solidaridad, equilibrio, etc., etc. y lo más bello, solo ellas tienen el privilegio de la procreación natural que ha permitido la continuidad de la humanidad.

No cabria espacio para hacer una apología de valientes mujeres que han luchado y que aun a costa de sus propias vidas continúan en la senda, no solo de ser escuchadas y de manera activa son integrante organizaciones sociales, cuyo único propósito y conforme lo escrito en líneas anteriores, solo buscan recuperar sus derechos vilmente atropellados y hasta contaron con la venia de instituciones que hacen gala de una doctrina de fe dogmática.

La sociedad es evolutiva, siempre ha sido heterogénea, precisamente estas condiciones nos llevan a no ser pasivos, hay que con ahínco sumarse al rescate de los derechos irrenunciables, conculcado por leyes hechas a la medida del acomodo de quienes han creído y creen que son superiores.

La mujer tiene el derecho de subir al cadalso; también se le debería reconocer el derecho a subir a la tribuna (Olympe de Gouges). Hagamos de la igualdad el mejor tributo a quien constituye la perfecta obra de la humanidad: La Mujer.

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