Una tragedia indecente

Desde el hemisferio sur hacia el norte, entre las regiones de pobreza y miseria hacia otras más prósperas y estables, la oleada migratoria no se detiene. Las fronteras son demasiado porosas. Los controles no alcanzan a detener a quienes están hundidos en la desesperación. No importa arriesgar la vida propia y la de sus familias. Unos logran sus objetivos y otros mueren o desaparecen.

De esa tragedia sacan provecho, en Ecuador, bandas criminales dedicadas al tráfico de migrantes hacia Estados Unidos principalmente. A compatriotas que no tienen trabajo ni porvenir en su propia tierra, les cobran miles de dólares por conducirlos a través de Colombia, Centroamérica y México, con la promesa de que “el sueño americano” está a su alcance.

Todas las rutas, sin embargo, están regadas de sangre y degradación. La crisis económica que abruma al país, en quienes no tienen trabajo o el que tienen no es suficiente para cubrir las necesidades propias y las de su familia, conduce a la desesperación, la frustración y el rechazo a la realidad que les tocó en suerte.

El 2018 cerró con un cuarto de millón de desempleados más.
En ese terreno, el “coyoterismo” prospera. Un negocio de larga data y floreciente, al que la sociedad no ha querido mirar de frente y menos con la determinación de combatirlo. Los gobiernos, de su parte, también tienen su negocio: las remesas de dinero fresco, que la economía local no produjo, viene a servirles de salvavidas. En el medio están los migrantes, casi siempre jóvenes, a los que se les sacrifica como chivos expiatorios. Una tragedia indecente.


Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes. Aristóteles. Filósofo griego (384 AC-322 AC)Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”. Voltaire . Filósofo y escritor francés (1694-1778)