Blanqueamiento de los corales

Karla Jaramillo Puertas

La Gran Barrera de Coral, ubicada en la costa de Queensland, al nordeste de Australia, es el conjunto de arrecifes más extenso del mundo. A lo largo de sus 2.600 kilómetros alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos. Además, es el hábitat de algunas especies en peligro de extinción. En 1981, la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad.

Esta joya de la naturaleza está sufriendo un fuerte deterioro por el calentamiento del mar. En una nota publicada en noviembre de 2016 por EFEverde, la plataforma de noticias y periodismo ambiental de la Agencia EFE, indica que la fertilidad de los corales se ha reducido por el blanqueo de estos organismos.

“Cada año los corales sincronizan la expulsión de billones de óvulos y espermatozoides, fenómeno descrito como una tormenta de nieve submarina… que provoca que los corales bebés vayan a la deriva y desciendan para aferrarse al arrecife ayudándolo a crecer o a reconstruirse”. Sin embargo, este evento de gran importancia para la reproducción del coral y conservación de los peces, no ha sucedido en toda su intensidad.

Otro estudio publicado por el biólogo John E. Fauth subraya que el bloqueador solar que usamos para protegernos del sol y evitar el cáncer de piel está causando daño en el ADN de los corales adultos. El componente químico de esta sustancia provoca que el coral no pueda obtener nutrición y energía, y eventualmente mueren. Cuando esto ocurre, “los corales no pueden soportar la vida, y entonces los peces, crustáceos, algas y demás organismos son incapaces de sobrevivir ahí”.

La realidad de La Gran Barrera de Coral es un ejemplo más del impacto causado por el calentamiento mundial y las terribles consecuencias en la naturaleza. (O)

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