El PSC se fundó en 1951. El 3 de junio es el aniversario de la asunción del primer socialcristiano al poder; fueron tres: Ponce Enríquez (1956-60), Febres-Cordero (1984-88) y Durán-Ballén (1992-96).
Los socialcristianos siempre tuvieron influencia en varias administraciones; revisemos los últimos 30 años: Alarcón, logró la presidencia del Congreso, por los votos socialcristianos. Una vez que el Congreso provocó la salida de Bucaram, de la presidencia de la República, Alarcón asumió el mandato (1997-98), mocionado por el diputado socialcristiano Verduga; durante su administración, las finanzas públicas las manejó el socialcristianismo, a través de Flores.
En el mandato de Mahauad (1998-2000), la vicepresidencia la ejerció Noboa Bejarano, vinculado al socialcristianismo; quien a la caída de Mahauad, asumió la presidencia (2000-2003). Durante la administración Gutiérrez (2003-2005), por recomendación socialcristiana, Palacio fue su vicepresidente, nuevamente, las finanzas públicas son manejadas por el socialcristianismo, a través de Pozo.
Derrocado Gutiérrez, por el narco-comunismo, mimetizado en «forajidos», asumió Palacio (2005-2007), investido por el socialcristianismo. En el 2006, Palacio nombró ministro de economía a un ex empleado de las administraciones socialcristianas de Febres y Durán. Luego, dicho sujeto vinculado al narco-terrorismo, ejerció mandato (2007-17) teniendo como asesor jurídico de su nefasto régimen, a Mera, quien fue asesor del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Parducci, vinculado al socialcristianismo.
Forman parte del régimen infame, Vinicio Alvarado, quien fue jefe de campaña de Nebot en 1996, y Fernando Alvarado, quien fue jefe de publicidad de Noboa, como binomio de Mahauad.
Cuando Moreno, ejerció el mandato (2017-21), vuelve a las finanzas públicas Pozo. El PSC ha influido en la política desde 1951. La pretensión de Nebot, de procurar impunidad al mayor ladrón de nuestra historia, provocará el abandono por parte de lo más respetable de su militancia, seguidores de Febres-Cordero, de quien dicen: jamás habría llegado a acuerdos con una facción vinculada al narco-terrorismo.