Olvidados

LUIS COELLO KUON YENG

Entre el 15 y 16 de mayo en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito se desarrolló el seminario denominado ‘40 años de democracia’, dictado por expresidentes y exvicepresidentes del país. Me parece bien recordar todos los sucesos acaecidos en estos 40 años. El Ecuador ha sufrido una suerte de montaña rusa, donde ha predominado, hasta la actualidad, la corrupción. No me opongo a este acto, por el contrario apoyo que la democracia se fortalezca.

No me opongo a la presencia de exmandatarios, sobre todo aquellos que sí terminaron sus mandatos y por encima de todo a quienes nunca tuvieron tropiezos con la justicia. Pero dar cátedra de democracia por parte de quienes fueron condenados por la justicia y de aquellos que huyeron para luego declararse perseguidos políticos y vociferar a pleno pulmón, sin desparpajo y con gran cinismo que son los líderes del pueblo y combatientes de la corrupción, eso sí no lo puedo compartir, no lo puedo aceptar. Me opongo a que personas como Jamil Mahuad, condenado a 12 años de cárcel por delito de peculado, den charlas de democracia, ¿o ya olvidamos la penuria que pasamos durante su gobierno?

Un sucre que perdía valor día a día y centenares de personas que perdieron sus recursos por el feriado bancario y ni se diga de los ecuatorianos que tuvieron que emigrar a otros países víctimas del caos económico que se vivió en esa época. No es posible que olvidemos a quien juró cambiar la patria o morir en el intento, pues, huyó en un helicóptero. O al que se declaraba “un loco que ama”, autoexiliado en Panamá y ahora pasea orondo, hasta bailó en una tarima sin camiseta en Esmeraldas y se declara abanderado de la lucha contra la corrupción.

¡Menos mal algo de decoro! el periodista quevedeño Wilfrido Muñoz asevera lo siguiente: “aunque parezca insólito, la corrupción se ha encargado de demoler la estructura social, dado que se ha perdido el espíritu emocional por el trabajo, el servicio público y la solidaridad. Cada día se destapan cloacas con gente que roba sin ningún desparpajo y son los ‘modelos a seguir’, pues, con cinismo dan cátedra de moral y honestidad”. Como en la película ‘Coco’, deben ser olvidados para siempre -los corruptos- así le pasó a De la Cruz.

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