POR: Manuel Báez R.
En un país donde tiene como corazón el ejercicio pleno de la democracia, y por consiguiente tiene un diseño estrictamente familiarizado con las leyes y procedimientos que le permiten orden de convivencia humana, que es la igualdad de todos tanto en las leyes vigentes como el reparto de los bienes que son comunes para todos.
Desgraciadamente, la década perdida nos dejó como herencia un desorden social, desconcierto financiero, coimas por doquier, en fin…, tantos males que hoy soportamos por igual.
La verdad es que hoy tenemos un país con fuertes historias de corrupción que son el pan de cada día. Ya nada nos llama la atención, hasta el concepto de política incluido.
Tenemos algunos prófugos de la justicia. La situación de nuestro lindo país es escalofriante cuando hay cientos de miles de compatriotas que se debaten en la miseria y tienen una esperanza para salir de la situación que se encuentran.
Hasta jovencitos que desesperados por la situación en su hogar tratan de migrar ilegalmente a Estados Unidos.
Por otro lado, es completamente injusto y hasta indignante que roben a un país y nadie haga nada para recuperar el dinero. Además se llenan la boca culpando a los demás, cuando ellos no hicieron nada por denunciarlos cuando tuvieron la oportunidad.
No queremos decir que este país es de injusticia pero sí es preocupante que esté lleno de historias de corrupción, aunque en algunos casos dejen de ser históricos y se conviertan en realidad, por lo que unos siguen en el esquema gubernamental, otros están prófugos de la justicia y están campantes en otros pueblos, hasta hay quienes mueren por anhelar un sueldo de 500 dólares.
Que urgentemente el ataque a la corrupción se convierta en Política de Estado para desterrar esta lacra humana.