Las Aduanas y el eterno contrabando

ATILIO RUGEL ALBÁN

Por eternas memorias y sin esconder nada, las Aduanas en el Ecuador por toda la vida han sido el principal escape donde se han evadido impuestos y en donde la salida y entrada de todo tipo de mercaderías que no tenían un control efectivo, porque los grandes importadores llenaron los bolsillos de empleados encargados de revisar el manejo, que debió haber sido minucioso de los grandes contenedores que venían repletos de millones de dólares; esta situación de evasión de impuestos determinó un ilícito que hizo millonarios a muchos empleados y a otros que, a sabiendas que había una permeabilidad que venía de los controladores, hicieron fiesta para entrar y sacar lo que en gana les daba.

Qué mala herencia hemos tenido los países colonizados por la Madre Patria, donde probablemente y remontándonos a la historia, los que vinieron con Colón en su viaje de aventuras muchos de ellos fueron presidiarios a los que les acompañó la fortuna y por situaciones del azar luego de pasar algún tiempo se encontraron con las tierras del nuevo continente. Pero esa mala estrella y como lo malo se aprende con facilidad, una vez que se repartieron el botín de oro que le quitaron a los incas siendo Atahualpa una de las víctimas, con tanto oro se enloquecieron y ante tanta riqueza acumulada comenzaron a pelearse y exterminarse entre ellos.

Así nacimos y crecimos en lo que después fue la república del Ecuador y aprendimos, no a evitar, sino a repetir los mismos errores que nos han mantenido anclados en ellos y en lugar de evolucionar en positivo esta mala racha se repitió con la década perdida del nefasto correísmo, que avergüenza la imagen limpia de un país rico en naturaleza, pero pobre en desarrollo, porque los atracadores así lo convirtieron y hoy estos gusanos dicen que son perseguidos políticos.

Así como las personas cambian y dejan atrás pensamientos equívocos, tenemos la obligación de navegar con nuevos sentimientos e inquietudes aprovechando las experiencias y así despegar con otras alas. Presidente Moreno, no nos hagamos los suecos, que en el país hay personas con mucha inteligencia, con mucha fuerza para combatir la corrupción. No estamos inventando la fórmula del agua tibia, pero sepa usted y sus cercanos colaboradores, que si ejercen un estricto control en las Aduanas estaremos rescatando por lo menos un 30% del déficit fiscal, que es bastante.