La bicicleta sin llantas

El diario auspiciante del Giro de Italia, Gazzetta dello Sport, publicó el editorial “de los Andes a los Alpes, la novela de la Locomotora”, donde Andrea Monti relata un logro “épico, como la historia de vida desde las calles lodosas de los Andes al corazón de Verona. El trofeo infinito por primera vez lo gana un ecuatoriano y premia a un campeón que demostró tener más piernas y garra que todos. Premia a una comunidad y a una nación a miles de kilómetros, que lo admira como símbolo de recuperación”.

El “chiquilín”, como apodan a Richard Carapaz en Playa Alta, cerca de Colombia, recorría la provincia y trepaba la montaña en una bicicleta sin llantas de goma. La “Locomotora del Giro”: otra historia de un deportista hecho a sí mismo y que, en la mayoría de los casos, es de origen humilde.

Como pasó antes, los dirigentes no apoyaron (Carapaz, incluso fue sancionado). Otra vez, se subirán a la bicicleta, como marcharon con Jefferson Pérez en Atlanta 1996, empuñaron la raqueta de Andrés Gómez en París 1990 y sintieron el asfalto de Rolando Vera entre 1985 y 1989. Los deportistas en Ecuador se hacen solos y es su rasgo común.

Un país donde la mediocridad no solo atañe a líderes políticos y es una característica de la dirigencia deportiva. Ojalá no quieran construir diamantes de béisbol en el Chota (recordar al “dueño del circo”, el encarcelado exministro Raúl Carrión) o piscinas donde no hay agua. O los pomposos y mal usados “centros de alto rendimiento deportivo” de la década perdida, que mueren sin uso en algunas provincias.

Ojalá no se vuelva a saber de deportistas que compiten en Europa sin sueldo (como Carapaz), que hacen rifas o sorteos para pagarse sus viajes o que contienden y ganan mundiales juveniles con zapatos rotos (como Glenda Morejón).

Las hazañas deportivas en países como Ecuador son escasas, pero alegran a todos. Vale recordar proezas como la de los 4 mosqueteros de la natación del Guayas, en Lima 1938 o al gran campeón mundial de tenis Pancho Segura, quien dominó ese deporte en tiempos sin televisión ni internet. Carapaz ya está en el olimpo del deporte ecuatoriano.

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