Censura moral

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Entre otros comentarios políticos, como que también hubo dinero de fuentes ilegales en la campaña que llevó a la presidencia al binomio Moreno-Glas, vemos con preocupación que en la Asamblea sigue latente el fantasma correísta, sino ¿cómo se explica que la excanciller Espinoza se ‘salvara’ de la censura en el juicio político que se le instauró, por 91 votos frente a 87? 4 votos de asambleístas endebles ante las propuestas que a última hora les hicieron. Cristina Reyes desplegó de manera brillante y valiente los causales exigiendo la censura a Espinoza, quien hizo su alegato de defensa mediante videoconferencia, lo cual en sí mismo es ya una ofensa hacia el primer poder del Estado.

Los motivos esgrimidos fueron más que suficientes para quien en la ONU está concluyendo una representación que jamás fue del beneplácito de la mayoría del pueblo ecuatoriano y en quien no nos vemos representados. Las principales causales fueron: falta de diligencia diplomática en el manejo del conflicto en la frontera norte, su mal disimulado apoyo a la dictadura de Maduro, abandonando a nuestros connacionales asentados en ese país; su abierto favoritismo y la irregular nacionalización del malcriado y malagradecido Assange. Quién en su sano juicio estaría de acuerdo con que este señor, que por obra y gracia del correísmo vegetó por siete años en nuestra Embajada, lo siga haciendo a un costo de un millón de dólares anuales, mientras tantas familias ecuatorianas veían destruidas sus casas y cultivos por las inundaciones y necesitaban urgente ayuda.

La excanciller inició su defensa lamentando ‘la persecución’ que se ha instaurado en el país y de la cual ella era ‘una víctima más’, pero preguntémonos, ¿cuál persecución? Lo que debió decir es desratización, porque ese es el mejor modo de citar la labor de las actuales autoridades, que están tratando de llegar al fondo de una cloaca, de donde siguen saliendo ratas, rateros y ratones, obviamente, con ella se identificaron todos quienes de alguna manera participaron en el gobierno más corrupto de la historia patria y en consecuencia votaron contra la censura; pero cuatro votos es una victoria pírrica, porque nadie la libra de la censura moral que ha recibido de la opinión pública nacional, que la ha rechazado y rechaza su personalista, dogmática y retrógrada forma de actuar, a lo que ella llama ‘fidelidad’ a sus principios. Qué bueno que pronto deja la ONU y la vergüenza que como país nos causa su presencia allí.

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