La plaga

CARLOS CONCHA JIJÓN

Según las investigaciones realizadas, no queda duda que una plaga asoló nuestro país durante una década perniciosa llamada ‘revolución ciudadana’ de la corrupción. Está a la vista de toda la colectividad ecuatoriana, que esta plaga corrupta y miserable, resultó ser más dañina que la fiebre amarilla, el sarampión, la tuberculosis, la viruela y otras.

Es inconcebible que hoy después de esta hecatombe económica, que sumió al país en un cráter de inmoralidad, todavía no se ajusticia a todos aquellos fundadores y dirigentes de Alianza PAIS, que violaron las leyes, con su máximo líder que actuó como Nerón de la antigua Roma y ofició de arquitecto de la demagogia y la desgracia, persiguiendo y haciendo condenar a inocentes.

Los jerarcas de la corrupción van apareciendo poco a poco, sacados de sus nidos de cuervos, donde han estado escondidos, cubiertos por una niebla de hipocresía, pavonados por el oro, producto de sus perversas fechorías y negando sin rubor en sus caras de tuco, sus deleznables raterías.

Sin embargo, todavía se escuchan algunas voces destempladas, respaldando los truculentos atracos perpetrados, demostrando una actitud desleal para nuestro país y dejando ver claramente, que en aquellos, los principios como dignidad, ética, moral y otras fuerzas morales fueron desterrados de sus mentes, en donde no hubo espacio para un asidero de moralidad.

La colectividad ecuatoriana ha sido testigo de la podredumbre, que como un aparente ejercicio político se dio en el país durante diez años, con una dictadura disfrazada de gobierno, en donde las leyes fueron cambiadas, para lograr un aparente ejercicio democrático.

Por el daño irreparable ocasionado por Alianza PAIS, esta debería desaparecer como movimiento o partido político, pues, desempeñó el papel de un tumor maligno, enquistado en el corazón de la Patria, abriendo una lacerante y sangrante herida por muchísimos años antes de sanar.

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