‘Sauvage’, una película sobre la prostitución masculina

RECONOCIMIENTO. ‘Sauvage’ fue seleccionada en la sección Semana de la Crítica del Festival de Cannes de 2018.
RECONOCIMIENTO. ‘Sauvage’ fue seleccionada en la sección Semana de la Crítica del Festival de Cannes de 2018.

Redacción PARÍS

EFE

‘Sauvage’, el retrato descarnado de la prostitución masculina, sin tabúes y sin juicios de valor, ópera prima de Camille Vidal-Naquet, llega a las pantallas españolas tras haber triunfado en Francia y en el Festival de Cannes.

A lo largo de la vida de Leo, un joven de 22 años que se prostituye en las calles de una gran ciudad, Vidal-Naquet repasa la vida “de estos trabajadores que están muy cerca de nosotros pese a que la gente ignora su existencia”, asegura el director.

‘Sauvage’ fue candidata al César del cine francés al Mejor primer film y seleccionada en la sección Semana de la Crítica del Festival de Cannes de 2018, donde su protagonista, Félix Maritaud, recibió el premio al actor revelación.

Vidal-Naquet pasó varios años acompañando a una asociación que ayuda a hombres que se prostituyen en el parque parisiense Bois de Boulogne, una manera de impregnarse de este oficio.

“Hay mucha gente que no sabe que los hombres se prostituyen en la calle. Les parece natural que lo hagan las mujeres, pero les desestabiliza que lo hagan los hombres. La prostitución masculina parece algo muy lejano, pese a que está en nuestras propias ciudades”, explica el director.

En ‘Sauvage’ presenta esa actividad “sin juzgar ni a quienes la practican ni a los clientes, porque los propios jóvenes no lo hacen”, asegura el cineasta.

Leo es “un joven marginal, alguien que no posee nada material, solo su cuerpo, ni ropa, ni casa, ni teléfono”, pero en el fondo “es el más fuerte de todos, porque es el único que no se deja dictar las decisiones”, agrega el director.

A lo largo de la película, el protagonista se muestra independiente, vulnerable pero siempre en busca de su propia libertad, la de tomar sus decisiones. Y también en busca del afecto y del amor.

Una dicotomía que alcanza su punto álgido al final, cuando tiene que elegir entre una vida placentera que le han organizado a sus espaldas o mantener su libertad de criterio.

“Yo no tomo partido, no sé si hace bien o mal, es un final abierto. Las dos decisiones son complejas. Lo único que quería mostrar es su fortaleza para no ceder”, señala Vidal-Naquet.