El nuevo paso hacia un Estado donde prime la igualdad de derechos trae consigo la oportunidad de recordar la lucha histórica de los colectivos de gays, lesbianas, travestis y transexuales en el país, rescatando la memoria de un pasado marcado por la violencia y la discriminación, pero también, por figuras heroicas que se atrevieron a desafiar a la moral conservadora hasta alcanzar un mundo más libre para las futuras generaciones.
En ese contexto, las activistas Lucía Galarza y Paola Paredes organizaron la celebración por los 22 años desde la despenalización de la homosexualidad en Ecuador, con un homenaje al Movimiento Coccinelle. El evento se realizó ayer en Sisunga, una cafetería, librería y tienda de productos agroecológicos abierta recientemente en La Floresta.
Las protagonistas del encuentro fueron María Jacinta, María Fernanda, Rosita, Muñeca y Purita Pelayo, cinco sobrevivientes de la Asociación de Gays, Travestis y Transgéneros Coccinelle.
En los años 80 y 90, la organización luchó contra la represión de los gobiernos conservadores, que castigaban la expresión de la diversidad sexual con encarcelamientos, desapariciones y asesinatos.
El triunfo máximo de Coccinelle se dio en 1997, cuando recolectaron las firmas suficientes para pedir la abolición del artículo 516 del Código Penal, que castigaba con prisión de 4 a 8 años las relaciones homosexuales consentidas entre adultos.
Purita Pelayo, autora de ‘Los fantasmas se cabrearon: crónicas de la despenalización de la homosexualidad en el Ecuador’, encabeza hoy el Frente de Transfemeninas y Gays del Ecuador ‘Nueva Coccinelle’, que semanas atrás demandó al Estado por las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas en contra de miembros del colectivo durante los años de lucha, cuyos autores quedaron impunes.
El archivo fotográfico de Pelayo guarda imágenes conmovedoras, alegres, festivas y –también– desgarradoras de lo que fueron los años activos de Coccinelle. Una pequeña muestra que sintetiza la historia del colectivo estará abierta en el Café Roscón, en la calle Madrid, hasta fin de mes. (AA)
FRASE
Queríamos homenajear la experiencia de las mujeres trans, que siguen siendo las personas más vulnerables. El ‘transfeminicidio’ se está viviendo y no lo estamos hablando”. Lucía Galarza, activista y propietaria de Sisunga.