Adiós al Cpccs

Pues, como había escrito en marzo, el voto nulo resultó inútil. El Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs), no desapareció de repente mágicamente y por el contrario sí colocó un presidente con ínfulas de evangelizador colonial.

Expiarnos de nuestra voluntad institucionalista y exorcizarnos del perverso espíritu democrático son sus máximas.

Y no, que el cura Tuárez sea cura o que su léxico venga cargado de subjetividad religiosa, no rompe con el Estado laico. La secularización de la esfera pública no es la renuncia a nuestros marcos referenciales de identidad, para Tuárez, la religión. De esto, la Francia liberal se ha dado cuenta tarde, cuando empezó a prohibir el uso del velo en lugares públicos. Lo que sí rompe el Estado laico, es el uso simbólico de los hábitos, que además le ha sido prohibido por el mismo clero, que los continúe usando. Muy al estilo de Correa y sus camisas con diseños aparentemente indígenas. Por supuesto, esto pudo haberle servido como una forma de significación hacia cierto electorado que le permitió ganar.

La visión jerarquizada de grados y rangos es una tara conversada de su experiencia sacerdotal, es sabido y lo digo como realidad, más que como crítica, que la iglesia y el ejercito son órganos jerárquicos. La pregunta en realidad está en si alguien así puede servir para una tarea tan horizontal como es la promoción de la participación ciudadana. Es más, ¿sirve para la participación ciudadana un órgano representativo nacional? Estoy convencido que no, que esa tarea la deben llevar los gobiernos locales, donde las facilidades territoriales, permiten crear relaciones más cercanas entre ejecutivos seccionales y órganos asamblearios populares.

Efectivamente el cura Tuárez, llega como la excusa perfecta. No, para que los elitistas de ayer y hoy le digan al pueblo qué pueden o cómo deben votar, sino para cuestionarnos nuestro compromiso con la apuesta democrática ¿qué democracia queremos y cómo la vamos a construir?, son siempre preguntas irresueltas que han sido acalladas por los economicismos de siempre. Profundizar el gobierno representativo y promover la democracia participativa, son las tareas pendientes del mañana. Ojalá, el recién creado Comité por la reinstitucionalización nacional lo llegue a entender e incorpore a todos los actores políticos en esta apuesta por los diques de contención que son las instituciones.