Es del Estado, no de los gobiernos

El Código de la Democracia tiene varios vacíos y falencias. En consecuencia, la Función Electoral presentará a la Asamblea Nacional un proyecto de reformas electorales. Quieren que se delimiten los terrenos en donde operaran el CNE y el Tribunal Contencioso Electoral. Pretenden que se cree una Fiscalía Electoral, para el control permanente del manejo de fondos de campaña de los movimientos y partidos políticos.

Todo es perfectible, incluso nuestro sistema electoral. Nadie impide que se añadan organismos a la Función Electoral, que garanticen transparencia y honestidad. Sin embargo, los obstáculos padecidos por nuestra democracia están en los hombres y mujeres que han integrado esas instituciones y poco en la falta de regulaciones legales. Este es un tema en el que nadie es dueño de hacer lo que se le antoje, sino lo que manda la Ley.

En términos electorales se percibe un gran envilecimiento. La experiencia vivida hasta refleja una carencia endémica de ciudadanos activos, críticos y comprometidos con los asuntos públicos, que manejen con probidad los instrumentos legales que regulan una Función que es del Estado, no de los gobiernos y de los partidos.

En muchos sectores se ha instalado un gran escepticismo al respecto. Hay una desconfianza que, con cada nuevo evento electoral, tiende a crecer y generalizarse. Con razón muchos pugnamos, al decir de Juan Montalvo, por dejar de ser “pueblo sin luz que rueda entre sombra, pueblo sin voz que corre mudo, pueblo sin voluntad que obedece aún para su destrucción”.


Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia ”. Jean Paul Sartre Filósofo y escritor francés (1905-1980)La violencia es el último recurso del incompetente”. Isaac Asimov Escritor y bioquímico estadounidense (1920-1992)