El Matorralero cabecipálido se salvó de la extinción

En las últimas dos décadas se logró incrementar de 20 a 250 individuos del Matorralero cabecipálido (Atlapetes pallidiceps), especie de ave endémica del sur del país que estuvo muy cerca de desaparecer.

La protección de su hábitat, el crecimiento poblacional y la eliminación o disminución de amenazas (como los parásitos y la aves paseriformes -el tordo común-, que depositan sus huevos en los nidos de otras especies) hizo que esta ‘voladora’ deje de estar en peligro crítico de extinción. Pero aún se encuentra catalogada como en peligro de extinción, según la Lista roja de Aves de Ecuador.

“Es una de las 16 especies que los humanos han salvado de su desaparición”, según la Fundación Jocotoco. Esta organización se ha puesto al frente para proteger a este ejemplar de ave, que, según la página www.bioweb.bio, de la Universidad Católica, habita en bosques de Azuay y Loja.

La recuperación
Hasta hace dos décadas se creía que el Matorralero cabecipálido se había extingido, pero en 1998 se descubrió una población de solo 20 individuos en Yunguilla. Esta reserva está en Santa Isabel de la parroquia La Unión, del cantón Santa Isabel (Azuay).

En Yunguilla se protege al 90% de la población total de esta ave, lo que significa que su rango de distribución es aún pequeño.

En la actualidad se realiza un monitoreo para preservar la especie, con el fin de que su población siga aumentando. Adicionalmente, se impulsa proyectos de educación ambiental para que las comunidades cercanas conozcan sobre la importancia del Matorralero cabecipálido para el ecosistema. (CM)

Se alimenta de frutas, semillas, insectos, lombrices y orugas.

Le gusta estar en lugares con agua y sombra, cerca de parches de bosques húmedos.

Prefiere las laderas arbustivas con pocos árboles y presencia de bambú.

En la actualidad, su población se restringue a la Reserva Yunguilla, que tiene 195 ha de matorral seco y pastos.

Según reportes históricos, su hábitat se extendía por Girón, el Valle de Yunguilla y Guishapa (Oña-Azuay).

La pérdida de hábitat y el parasitismo de las aves silvestres son las principales causas de `la reducción de su población.

El Matorralero cabecipálido mide 16 cm. Tiene la parte superior de la cabeza blanca, alas negras con una mancha blanca que la distingue.

Vive en altitudes de 1.650 a 1.800 m en el centro-sur del país.