Shakespeare Abarca Cordova
Los comentarios decían que hace algún tiempo, los estamentos de la Universidad Técnica ‘Luís Vargas Torres’, no se movilizaban en la magnitud que lo hicieron el jueves 27 de junio: autoridades, docentes, alumnos, empleados y trabajadores, salieron a las calles, en una marea multicolor cercana a las cinco mil personas, para hacer sentir su voz en justa exigencia por rentas para el alma mater.
Encabezados por su rector, la comunidad universitaria altiva y monolítica hizo pública la penosa situación por la que atraviesa la institución, largamente postergada en sus necesidades; recordamos los tiempos de las incursiones del desaparecido ‘Guacho’, llovieron las promesas de mejorar la educación superior pública de Esmeraldas: que se reabriría la extensión de Quinindé, que enseguida se iba a crear una extensión en San Lorenzo y se habló tanto del nuevo campus universitario, que casi se podía tocarlo y verlo alzarse allá entre las colinas y las explanadas de Mútile.
Hasta hoy, todo es un espejismo, nada se ha concretado, ¿cómo recibir actualmente a 11 mil estudiantes, en las mismas instalaciones de hace años atrás? mientras la demanda en admisión crece y crece, no hay medios para pagar a sus docentes.
¿Cómo cubrir las remuneraciones de un creciente número de catedráticos? especialmente contratados, si el presupuesto sigue estancado en el tiempo, cómo exigirles máximo rendimiento y concentración a esos docentes, si su mayor preocupación está en cubrir necesidades básicas; docentes contratados que representan el 68,1 % frente al 31,9 % de docentes titulares.
El maltrato a su talento humano es quizás la peor forma en que se mancilla nuestra Universidad; sin duda es el momento para todos juntos alzar la voz, sin hacerles el coro a quienes por odio, y por estéril revanchismo, quieren sembrar cizaña, difamando y creando divisionismo.
Importante la movilización, pero mayor impacto tendría si se la realiza en Quito, corazón político y gubernativo del país; es evidente que los estudiantes están motivados, y tienen muy claro su apoyo a las autoridades, pues los problemas domésticos se solucionan casa adentro, pero lo vital es la supervivencia de la Universidad.
El Rector debe sentirse satisfecho, esta movilización demostró su alta capacidad de convocatoria, que pena por aquellos que pensaron que los videos anónimos y los furibundos ataques iban a lograr el desmedro y la inestabilidad de la gloriosa Universidad, a la cual, con el compromiso de todos, nuevamente la veremos transitar por senderos de excelencia, grandeza y superación.