Que la Justicia los identifique y sancione

Que la trama de corrupción de Odebrecht alcanzó a enormes proyectos de obras públicas no mencionados en República Dominicana, Argentina, Perú, Ecuador y Venezuela, entre otros países, es una noticia que se renueva, añade elementos y no cesa en su aparición en los medios de comunicación. No por esperados, estos constantes “destapes” no dejan de provocar cierta conmoción mediática dentro y fuera del país.

Lo doloroso de esta mega estafa continental es que involucra directamente a mandatarios, empresarios y políticos de alto rango e instituciones, pero que afecta sustancialmente el diario vivir en los restantes estratos sociales de todos estos países de manera sistemática. El perjuicio es para todos, pero sobre todo para los sectores más vulnerables que son, en definitiva, las principales víctimas.

¿Cuánto habremos perdido en términos del PIB en los últimos 10 o 20 años por este concepto? Es un proceder delictivo, siempre subterráneo, mediante herramientas que estuvieron siempre a la vista, pero “nadie” vio. Una política que se basó en una abultada sucesión de violaciones de derechos constitucionales y legales, de los que el sistema judicial de antaño no quiso o no pudo tomar nota y actuar.

A cada paso se develan sorprendentes posibles delitos conexos, pero aún faltan coautores locales en esta trama de corrupción transnacional. Tratan de escurrir el bulto, pero poco a poco se les va identificando. Son “lobos disfrazados de ovejas” que aspiran a continuar en la sombra, mientras Odebrecht siga ardiendo en la hoguera. Que la Justicia los identifique y sancione es una demanda inexcusable.


Mi pesimismo no es sino una variedad del optimismo. Jean Cocteau Escritor, pintor y coreógrafo francés (1889-1963).

El pesimismo conduce a la debilidad; el optimismo al poder”. William James Psicólogo y filósofo estadounidense (1842-1910)