El portaviones I

Patricio Durán

El Ministro de Defensa calificó a las islas Galápagos como “portaviones natural”, y que el ejército norteamericano utilizaría el aeropuerto de la isla San Cristóbal para reabastecerse de aeronaves para operaciones antinarcóticos, y pagaría las mejoras al aeropuerto de la isla. Estas declaraciones desataron la polémica, tanto en el Ecuador continental como en los habitantes del archipiélago. Quienes no están de acuerdo con la presencia de militares estadounidenses en las islas dicen que se va a crear una nueva base militar gringa, a lo que el Gobierno refutó inmediatamente.

Con las islas Galápagos tengo una relación muy cercana y trato de mantenerme al tanto de lo que sucede con ellas. Viví en Puerto Ayora, Isla Santa Cruz, alrededor de siete años, por lo que soy residente permanente y procuro viajar al Archipiélago de Colón –nombre oficial- por lo menos una vez al año.

La historia natural de las “islas encantadas” es muy interesante porque es la historia del ser humano en un lugar hostil, escarpado, que ha sido escrita en varias oportunidades. La historia humana en las islas ha sido muchas veces catastrófica, otras no tanto, pero es imposible entrar a las islas y salir incólume, sin dejarse impresionar por su paisaje, por su flora y por su fauna.

A la fecha, son 484 años desde que el arzobispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga descubrió las islas. En este devenir han pasado por las islas diferentes personajes, unos amables, otros codiciosos; unos científicos, otros devastadores; unos pacientes, otros impacientes; llegaron piratas, corsarios, bucaneros, pescadores, científicos, náufragos, militares, agricultores, músicos, poetas y locos. En los últimos años la ominosa flota pesquera china que depreda el santuario marino de las islas. Y por último las islas han devenido en portaviones. Continuará.