CARLOS CONCHA JIJÓN
Se ha rumorado que en la Universidad hubo órdenes para la realización de una marcha de respaldo obligatorio, de ser así, esta perdió categoría, porque se quitó a los estudiantes la libre determinación de su derecho a disentir o aprobar un propósito.
Yo siempre he estado convencido, que a la Universidad Luis Vargas Torres hay que darle el respaldo total para que pueda desarrollarse de manera armónica y cumplir con las aspiraciones, que como deseo y exigencia está en la conciencia colectiva de todos los esmeraldeños, que amamos nuestro terruño.
Los principios que deben primar en una universidad deben ser democráticos, comenzando por la libertad de expresión y la toma de decisiones de cada individuo, que bajo ninguna causa o pretexto pueden estar bajo órdenes obligatorias, sin contar con la aceptación voluntaria de los participantes, por lo que, debió convocarse una Asamblea, para que cada estudiante ejerza su derecho a manifestarse.
Si antes de la marcha la comunidad universitaria hubiera estado en pleno conocimiento de la crisis por la que atraviesa la Universidad, otro hubiera sido el cantar y estoy seguro, que yo mismo hubiera participado y que en esa misma marcha, en lugar de mil o mil quinientos participantes, pudo llegar a más de cinco mil estudiantes amantes de su Universidad.
Creo que cualquier proyecto universitario debe socializarse con la participación de los estudiantes, explicando su direccionamiento académico, entendiendo también que los estudiantes deben conocer mediante una auditoría la realidad académica y económica, su desarrollo y el grado de calificación.
Creo que las marchas pueden ser necesarias, luego que se socialicen los problemas por los que atraviesa y permita crear una conciencia social de esa realidad. Si es cierto que puede haber un estado de crisis en la UTE-LVT, debemos recordar que la crisis ha sido su eterna compañía, por equívocos en su administración y que la colectividad esmeraldeña siempre respaldará su existencia.