El cura sin sotana

Por fortuna, en Ecuador ni usar sotana ni ostentar cargo público son sinónimos de ser intocable. Sin embargo, el cura José Carlos Tuárez parece tener un brote de temeridad y estar caminando por una delgada navaja.

Lleno de denuncias, con dos posibles juicios políticos en su contra y con la Contraloría indagando la inscripción de candidatos al Consejo de Participación Ciudadana, ayer dejó plantados a los asambleístas que debían recibir sus argumentos. Llegó a la Asamblea acompañado de algunas decenas de seguidores y cuando estuvo frente a los legisladores, les dijo que no podían fiscalizarlo y se fue. ¿A razón de qué?

Pero en la misma jornada hubo un pequeño gran detalle: la Presidenta del Consejo Nacional Electoral reveló que Tuárez olvidó decir que es cura (lo cual era impedimento para su candidatura) en su hoja de vida y en su papeleta de inscripción y, como tampoco lo decía su cédula de identidad, ¿no se dieron cuenta? de que lo era.

La sotana del señor cura, que lo acompaña siempre aunque no la esté usando, será el principal argumento que presenten quienes pretenden llevarlo a juicio político. Sin embargo, la sotana no es el verdadero problema. El problema es que esa sotana no está representando en el Consejo la fe religiosa, sino otro dogma que puede resultar peor: el correísmo.

¡Cuidado! Tuárez ya cantó ‘alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina’, sus seguidores ya insultaron a la prensa y llevaron falsos ejemplares de periódicos para burlarse, y ya llegó Tuárez a la Asamblea a decir que era intocable. Esas son las verdaderas alertas.


El primer requisito de la civilización es el de la justicia”. Sigmund Freud Psicoanalista austriaco (1856-1939)Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo”. Albert Camus Escritor francés (1913-1960)