Meteoro de corrupción

CARLOS CONCHA JIJÓN

El meteoro más grande de corrupción cayó sobre la Tierra y por desgracia en nuestro país, causando la mayor crisis económica de nuestra historia, porque creó sabandijas que se llevaron ‘el santo y la limosna’ y las esperanzas e ilusiones del pueblo ecuatoriano, que es testigo de los atracos cometidos por los parásitos del correísmo, que enquistados en las instituciones públicas y empresas del Estado, realizaron grandes negociados, que les permitió llenarse los bolsillos de manera voraz e insaciable, con la fuerza de un huracán de latrocinios que nos permite decir que: “donde se pone el dedo, sale pus”.

Es notorio que algunos de la dirigencia del correísmo han puesto los “pies en polvorosa”, es decir, han fugado del país para evadir la justicia, pero se fueron bien cargados de dólares, presumiblemente, siguiendo el ejemplo de su director de orquesta sinfónica de la corrupción, que ahora quiere aparecer como un perseguido político, sin embargo, no tiene el valor de dar la cara, prefiriendo esconderse en alguna ciudad de Europa.

Por las noticias de la prensa nacional hemos llegado a conocer que existirían algunos parásitos enquistados en las instituciones que tienen que impartir justicia, que se han permitido el atrevimiento en actitud deshonesta, cuajada de servilismo correísta, para tomar decisiones contraviniendo disposiciones legales, desechando pruebas para dejar en libertad y solo con grillete, a presumibles violadores de las leyes, que en esas condiciones de libertad, como pájaros de alto vuelo huirían, para nunca más volver.

Me parece que es muy difícil que un parásito de esta naturaleza, glotón de riqueza, pueda de un momento a otro cambiar de costumbre, para convertirse en un angelito y optar por un cambio en su conducta moral, siendo por esto que bien vale sugerir al Presidente, que tenga mucho cuidado con sus colaboradores, pues, estaría corriendo el riesgo de ser timado en un momento aún no determinado.

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