Según la última encuesta de Cedatos, 7 de cada 10 ecuatorianos estaban de acuerdo con la eliminación del ‘Impuesto Verde’, aquella herencia correísta que afectaba a los propietarios de vehículos de más de cinco años de existencia y de más de 2.500 centímetros cúbicos de cilindraje. Un tributo, este, que fue aprobado por el Ministerio de la Ley, en 2012. Es decir, sin ningún debate en la Asamblea Nacional, entonces dominada por el poder Ejecutivo.
Sobre el tema, hubo un debate en la Corte Constitucional y dos proyectos para el archivo: uno del Ejecutivo y otro de los asambleístas Fabricio Villamar y Homero Castanier. Al final, la Asamblea derogó el impuesto en segundo debate el martes de esta semana.
Si bien, no se condonaron las deudas del pasado, es un logro no solo de varios colectivos formados para impulsar el tema, sino de todos los ciudadanos que se quejaron del cobro, que este año se disparó y generó mayor inconformidad todavía.
Este impuesto, más que verde era ‘verdeflex’ y fue otra de las artimañas que usó el Gobierno anterior para sustentar su despilfarro y su modelo populista y represor. Siempre es bueno que haya ahora una Asamblea que ya no esté completa al servicio del Ejecutivo, sino que pueda canalizar las verdaderas preocupaciones ciudadanas.
Este era, en realidad, un impuesto que no estaba pensado necesariamente en las clases altas, sino que afectaba fuertemente también a las clases media y baja. Es bueno que estos últimos resquicios de la política a la que nos sometieron se vaya diluyendo.
Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”. Gandhi Pacifista indio (1869-1948)
El optimista cree en los demás y el pesimista cree en sí mismo”. Gilbert K.Chesterton Escritor inglés (1874-1936)