Un país desideologizado

Lenin Paladines Salvador

A diferencia de lo que ha ocurrido en el primer mundo, en nuestro país, los partidos y movimientos políticos, respecto de su ideología -lejos de fortalecerse- se constituyó en la puerta de entrada para que las empresas electoreras se constituyan en el motor principal de un proceso eleccionario.

En el Ecuador la formación política no han mejorado como habríamos deseado, si bien hay avances en la participación ciudadana respecto del análisis económico, social y político; el tema de la formación y de la integración del pueblo a la vida política en: parroquias, cantones, provincias, no ha mejorado; los ciudadanos, en su gran mayoría, viven al margen de las decisiones gubernamentales.

En lo ideológico, vivimos un completo barullo politiquero. Escuchar que los derechosos se unen a los izquierdosos quizá no suena tan aberrante, pues se justifica que los primeros, de alguna manera, se unan a los segundos porque su visión de oportunidad de mercado está al nacer de cualquier día. Pero ver como los izquierdosos se unen a la derecha ideológica por ser incluyentes como buenos samaritanos al estilo del pasaje bíblico: […] “dame de beber” […] resulta oprobioso y lacerante para el sentimiento popular.

Lo que hoy vivimos es simplemente un juego de palabras sin sentido ideológico y carente de orientación filosófica; como diría Pancho Pueblo: “son vocingleros de feria con traje de cóctel esperando su mesada al final de cada jornada”. Este es el costo de la politiquería que vivimos con el apoyo cómplice de todos nosotros. Solo la formación política y la unidad nacional nos permitirá encontrar el cambio verdadero; para que esto suceda les deseamos:… buen viento … y buena mar. (O)

[email protected]