‘Grabador fantasma’, un pedacito de selva en pleno centro histórico

OBRA. Balseca piloteó la balsa a control remoto para que no hubiera elemento humano en las tomas.
OBRA. Balseca piloteó la balsa a control remoto para que no hubiera elemento humano en las tomas.

Cuestionar el estilo de vida moderno y plantear nuevas alternativas para las fuentes de energía renovable son los objetivos del artista quiteño Adrián Balseca. Se involucró con el proyecto de Kara Solar, fundación que trabaja con las comunidades de la Amazonía, en la creación de paneles solares, para reemplazar el uso de gasolina en las balsas y priorizar el traslado por agua sobre el terrestre, en los territorios vulnerables del país.

Balseca, caracterizado por una preocupación y crítica constante hacia la dependencia del ser humano por los combustibles fósiles, resultó ganador de la edición 14 de la Bienal de Cuenca (2018) con el proyecto ‘Grabador fantasma’. Se trató de una instalación de una balsa completamente modificada, para funcionar con paneles solares, con la que el artista recorrió los ríos de la Amazonía grabando los sonidos de la selva.

La obra se encuentra en exposición por primera vez en la capital, en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y se mantendrá abierta hasta el 1 de septiembre.

Iniciativa
“Kara Solar piensa una nueva movilidad en la selva”, comenta Roberto Vega, investigador del CAC. Desde 2018, la fundación ha trabajado con las comunidades Achuar en la construcción de balsas impulsadas por paneles solares, esencialmente “para evitar abrir carreteras, porque son una agresión al bosque, pero también porque la apertura de carreteras nace de la necesidad de movilizarse con autos. El proyecto critica la extracción de energías fósiles, al petróleo como esta gran y única manera de movilizarnos”, dice.

‘Kara’ significa ‘sueño’ en achuar, y en su cosmovisión los sueños son una proyección del futuro. El proyecto, señala el investigador, no pretende detener la explotación petrolera, sino imaginar otras posibilidades que podrían aplicarse a gran escala y aminorar el impacto climático por la contaminación ambiental que producen las emisiones de dióxido de carbono.

Fusión con el arte
‘Grabador fantasma’ se encuentra en una sala completamente a oscuras. El espectador cae enseguida en cuenta del gramófono colocado en uno de los extremos del artefacto. El ruido del exterior queda por completo opacado con los sonidos de la selva: el agua, los chillidos de las aves y otros animales, las hojas de los árboles y el viento.

Al fondo de la sala, se proyecta un video con la construcción de la canoa y, luego, largas tomas de esta navegando por el río sin ninguna presencia humana que la controle. La idea de colocar el gramófono, comenta Vega, está inspirada en la película ‘Fitzcarraldo’, del director alemán Werner Herzog:

“Fitzcarraldo es un empresario europeo, que quiere traer esta cultura europea a la selva”, cuenta el investigador. “Una de las imágenes de la película es este empresario en una barca y en un gramófono pone ópera, como para llevar esa alta cultura a la selva”.

Lo que hace el artista es tomar esa imagen y “darle la vuelta”, puesto que el gramófono va a la selva en silencio, a escuchar, y llega a la ciudad a reproducir esos sonidos y, con ellos, plantearnos una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza.

“Balseca no ve a Kara Solar como una recolonización, como decirles a los pueblos amazónicos ‘yo les traigo la solución’, sino más bien como una forma de escuchar. En vez de ir a imponer tu forma de vida, tus creencias o las formas en que crees que esta comunidad puede estar mejor, más bien llevar un elemento que, en vez de reproducir sonido, va a grabar”, señala Vega. (AA)

FRASE

La explotación de petróleo nos da la idea de que vamos a ser un país desarrollado, cuando sigue sin pasar. La obra reflexiona sobre estos ideales que son ficticios, no llegamos a ellos y más bien nos están trayendo problemas”. Roberto Vega, investigador del CAC.