Lecturas

Gabriel U. García T.

Conozco a Angelika Lange desde hace años. El surco que ha dejado es por su pasión por la industria y los libros. El otro día, cuando fui al almacén en el que vende insumos para la producción, reclamó que no hago un alegato más fuerte por la lectura. Y tiene razón. Ella, desde hace tiempo, como el Quijote, pelea contra los molinos, cuyo viento es la ignorancia. Lo hace desde su librería “Kleinigkeiten” que significa pequeñas cosas.

Insiste a jóvenes y viejos en la necesidad de descubrir el mundo a través de las páginas de un libro. Citaré algunos casos sobre cuán útiles pueden ser los consejos de Angelika.

Por ejemplo, gracias a la “Historia General de la República del Ecuador” que escribiera Federico González Suárez, tenemos la certeza de que el primer presidente de la Real Audiencia de Quito, nacido en tierras americanas, fue de estirpe lojana.

En efecto, un acaudalado coterráneo, el Marqués de Solanda, don Pedro Javier Sánchez de Orellana, compró, al peruano Miguel de Goyeneche, para su hijo, don Fernando Félix, la Presidencia de la Real Audiencia por unos 26 mil pesos fuertes. Tuvo que abonar otros mil al Rey Felipe V para resolver el hecho de que, el nuevo presidente, era nativo de estos lares y no de la Península Ibérica.

En el mismo texto, González Suárez, señala que Loja recibió la visita de dos ilustres sabios, movidos por la cascarilla, planta oriunda de esta tierra y que produjo la primera globalización médica para combatir el paludismo, mal que afectó, prácticamente, a todo el globo. Justamente, la curiosidad trajo hasta el “último rincón” a Francisco José de Caldas y don Alexander Von Humboldt.

De hecho, Humboldt, en su viaje al Ecuador, se impresiona con el Chimborazo, donde entiende la relación de las plantas con la altitud. En Loja tomó conciencia “de la destrucción que provocaba la humanidad en el medio ambiente” como sostiene Andrea Wulf, en su libro “La Invención de la naturaleza” texto gracias al cual el nombre de la ciudad de los juguetones riachuelos se difunde por el mundo.

Son ejemplos de lo que otorga la lectura. Ojalá el lector visite a Angelika y sus pequeñas cosas. (O)

@gulpiano1