Vergüenza nacional con sede en Londres

Alguien pudo haber pensado alguna vez que era loable dar asilo al hacker Julian Assange, si es que realmente su vida corría peligro. Pero esta semana ha quedado claro que Assange fue un niño mimado en la Embajada de Ecuador en Londres.

Un poderoso informe periodístico de la CNN reveló cómo el australiano tenía equipos de espionaje, listas privilegiadas de gente que podía entrar sin registrarse, y desde ahí, desde territorio diplomático ecuatoriano, interferir en las elecciones estadounidenses de las que resultó ganador el polémico Donald Trump.

El propio informe periodístico revela cómo Assange tenía un extraordinario poder dentro de nuestra Embajada, incluso por sobre personal diplomático y altas autoridades, todo con la venia y el conocimiento del Gobierno de Rafael Correa.

A través de este centro de espionaje se violó la soberanía nacional y eso debe representar una vergüenza para todos.

Y el Estado, ahora, debe responder con contundencia para no dejar cabos sueltos ni medias tintas. El Ejecutivo, la Asamblea, la Justicia, están llamados a buscar la verdad, decir quiénes permitieron que esto pasara y a costo de qué.

Correa usó a Assange para intentar ponerse una careta de defensor de la libertad de expresión, mientras aquí perseguía a periodistas y opositores de las formas más miserables de su condición. Assange, en cambio, usó a Correa para no perder su cuotita de poder que le había dado cierta información. Que nos den todos los nombres de quienes permitieron que esto pasara a nuestras espaldas. Que se sepa la verdad.


Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. Albert Einstein Científico alemán (1879-1955)En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber”. William Shakespeare Escritor británico(1564-1616)