¿Repensar la belleza?

Marlon Tandazo Palacio

Cuando juzgamos a una mujer por la perfección de sus formas o complacencia a la vista, corremos el riesgo de reducir el cosmos humano a un solo aspecto; su atractivo físico. A partir de ahí el sujeto (mujer) se cosifica volviéndose un objeto sexual. El juicio depende de los ojos que miren al objeto; mientras los hombres lo hacen para buscar parejas potenciales, las mujeres lo hacen para compararse a sí mismas con las demás. Así lo revela un estudio efectuado por investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln y difundida por la BBC.

En su libro La belleza de saber vivir de la ex Miss Universo Bárbara Palacios, comenta parte de cómo fue su carrera en donde se sintió una mujer fácilmente deseada pero difícilmente amada. Es decir, detrás de una mujer que ha sido encasillada como estereotipo de belleza femenina, existe una persona con aspiraciones, frustraciones, sueños, talento, virtudes y defectos, que busca ser comprendida y aliviada. Esto trasciende a su aspecto físico, según Palacios.

En estos días las ciudades de Quito, Latacunga y Otavalo han suprimido los concursos de reinas de belleza. La argumentación, dejar de cosificar y discriminar a la mujer. En su lugar proponen que ésos fondos públicos destinados a la organización de los certámenes de belleza, se dirijan a fondear acciones que mejoren la calidad de vida de las mujeres.

Se han difundido cifras promovidas por la industria de los concursos de belleza. En el caso de Quito se afirma que son 120.000 dólares anuales, en Loja 50.000, aproximadamente.

En estos días Cuenca modificó la norma para la elección de su reina, exigiendo que sea “mujer de nacimiento”. Por su parte en Guayaquil, la alcaldesa ha dado su apoyo para que la reina termine su período siendo madre. Son tiempos de repensar la belleza. (O)

@marlontandazop