Desaciertos superan a los aciertos

En la Asamblea Nacional son habituales los juicios políticos. Unos valederos, otros coyunturales y no pocos obedecen a intereses de algún partido o movimiento. Hay integrantes de comisiones parlamentarias que los usan como arma arrojadiza contra funcionarios a quienes ciertas “barras” condenan. Sin embargo, sus miembros juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.

Malo es rendirse al espectáculo político y no ceñirse a las razones. Razones hay, por ejemplo, cuando apuntan señalar las inconstitucionalidades e ilegalidades en la determinación de candidatos para una función del Estado de elección popular como es el Consejo de Participación. Las evidencias están a la vista. Por añadidura, el Estado laico, como principio constitucional, ha sido pisoteado.

La herencia totalitaria, corrupta y populista es abrumadoramente costosa desde todo punto de vista. Ahora hay libertad para denunciarla, desentrañarla, precisarla y poner a sus autores y actores ante la Ley. Enderezar el rumbo en lo económico comporta tomar medidas radicales, hacer sacrificios y procurar que la transición sea lo menos dolorosa posible. En lo judicial también, en lo político mucho más.

Anteponer el interés de un sector al de la mayoría tiene en Ecuador una larga historia, donde los desaciertos superan a los aciertos. Es más provechoso procurar un consenso justo, por equilibrado y razonable, que “ganar” una pelea, que luego se tornara en una costosa derrota para hoy y mañana. La clase política nuestra carece de sensatez y nadie de afuera puede echarnos una mano. Es un problema endógeno.


No hay países subdesarrollados sino mal gestionados”. Peter Ferdinand Drucker Economista estadounidense (1909-2005)

No es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra”. Gabriel García Márquez Escritor colombiano (1927-2014)