Guayaquil independiente

Gabriel U. García T.

Guayaquil festeja su cuadragésimo octavo segundo aniversario de fundación española. Aunque, en realidad, su establecimiento, en el delta del río Guayas, fue un proceso bastante complejo que empezó en 1534. Evidentemente, no fue fácil construir una ciudad en el golfo donde concurren a dejar sus aguas, unidos en uno solo, los formidables ríos Babahoyo y Daule. Las condiciones de la naturaleza, la valentía de la gente que habitaba allí, complicaron el asunto.

Finalmente, luego de casi cinco centurias, es una urbe pujante que ha desbordado los artificiosos límites impuestos por los políticos. El Gran Guayaquil está asentando sobre tres cantones y alberga tres millones trescientas mil personas. Son ecuatorianos que han llegado desde los más recónditos sitios del Ecuador para buscar mejores días en la metrópoli. Allí encontramos inmensas colonias de gente de Esmeraldas, Manabí, Chimborazo, Tungurahua, Loja.

Muchas veces, la pobreza, empuja a las personas sin trabajo, hacia una urbe que desarrolló un complejo sistema industrial y comercial. En otras ocasiones, van por las oportunidades que ofrece para los negocios. En fin, cualquiera sea la razón, Guayaquil recibe, con cariño, a quienes quieren realizar sus vidas a orillas del manso Guayas. Desde sus inicios ha sido un punto clave para el país y el continente, entre otras cosas, por su condición de puerto natural.

También en cuestiones políticas. Allí se reunieron, en un fraterno encuentro, Bolívar y San Martín. Quizás eso hizo que los guayaquileños aprecien tanto la libertad.

En efecto, desde siempre han luchado por “Guayaquil Independiente” como dice su escudo de armas. Siempre entendieron que el desarrollo se produce cuando hay amplias condiciones de autonomía. Hace pocos años, en un referéndum histórico, votaron por ella. Este acto no quería decir que se iban a separar del país. Al contrario, afirmaba que, para mantener la unidad nacional, las regiones requieren tener, cada vez más, mayor capacidad para decidir sobre las cosas que son importantes. Es la senda correcta. ¡Qué viva Guayaquil! (O)

@gulpiano1