Nicolás Merizalde
Aprovechando que estamos a mitad de los meses de vacaciones y que agosto es un mes de mucho viento y mucho frío; voy a escribir sobre las series de Netflix que podrían rellenar nuestro tiempo libre. Todo el mundo se concentrará en la nueva temporada de la Casa de Papel, una historia inconclusa que no dejará indiferente a nadie y repite fórmula sin que todavía resulte cansina.
Me sorprendió y gustó The Society, la historia de un grupo de jóvenes que sin explicación alguna se enfrentan a su ciudad abandonada y aislada de todo contacto. En esas circunstancias, como si de la creación del mundo se tratase, deberán aprender a organizarse. Y surgen como la pólvora, las confrontaciones naturales de la política, las maledicencias de nuestra naturaleza y también las experiencias de dolor, amor y esperanza que a todos nos trastocan. Aunque quizás es un poco injusta con su primaria visión de la derecha, la serie me gusta por reflexiva y rápida. Es profunda sin dejar de ser ligera.
Las Cintas de Ted Bundy es una serie documental escalofriante y desgarradora. Bundy, un asesino serial que se burló del FBI durante los 70s narra su propia vida en unas cintas de grabación desde el callejón de la muerte, a su voz se suman las de sus perseguidores y sus víctimas. Un retrato sobrecogedor de una de las mentes más perversas y enigmáticas de la historia. Corta, fuerte y brutal.
Y si de ciencia ficción se trata la gran revelación para mí, ha sido Dark. Una serie alemana absorbente que mezcla el suspenso con la fascinación por ese gran misterio del mundo que es el tiempo. Sobre el pasado, el futuro y la muerte; sobre la intriga, el dolor, los sacrificios y la fuerza del destino. Con un aire retro y una fuerte carga de caos es imposible dejar de verla. Imperdible para todo aficionado a las tramas negras de los países bajos, frías pero explosivas.