El poder de los medios

Daniel Jerez

Los medios de comunicación son herramientas o instrumentos que actualmente utilizan las sociedades a partir del siglo XIX para comunicar de forma masiva a la población; probablemente este sea un concepto moderno para entender su definición.

Talvez unos de los ejemplos que en lo personal me motivo a escribir estas líneas, fue lo sucedido en Estados Unidos, cuando en 1884 se detuvo la construcción de la estatua de la libertad por falta de dinero, donde este país se había comprometido en la construcción de la base en la cual iba a ser colocada la estructura, sin embargo, sería el editor del periódico New York Today quien termine provocando masivas donaciones de ciudadanos de la clase media para su construcción final, teniendo en cuenta que los ricos de la zona se oponían a la construcción de la estatua.

Desde la creación de la imprenta como una necesidad de ir manteniendo enlaces o algún tipo de sinergias entre ciudadanos, nace esta tendencia de comunicación masiva, teniendo gran influencia en el mundo. En nuestros territorios en tiempos de la colonia un medio de comunicación iniciaría masivamente con el levantamiento independentista con escritos publicados en el periódico El Quiteño Libre, que llevó a la revuelta para el Primer Grito de Independencia. Podríamos mencionar quizás que no hace mucho tiempo una radio de Quito fue clave para la destitución de un presidente, entre varios otros acontecimientos donde los medios han sido fundamentales para que las cosas sucedan.

Muchos ejemplos en una línea de tiempo en donde los medios han sido esa herramienta clave para cambiar la historia y es ahí donde nace ese cuestionamiento de saber dónde realmente cae el poder de los medios. Desde una apreciación propia debo indicar que está en el consumidor de los mismos, quien genera una reacción o una opinión que se puede volver generalizada o pública bajo intereses comunes.

Sin duda, existen muchos medios con diferentes políticas y formas de hacer las cosas, nuevamente la responsabilidad de que tengan credibilidad y sean influyentes en causas justas en primera instancia recae en quienes generan el contenido y lo publican, luego es de todos los ciudadanos o consumidores al elegirlos.