Galápagos, una historia humana III

Patricio Durán

En esta serie de artículos cronológicos sobre las Islas Galápagos, trato de poner énfasis especial en la importancia histórica de la actividad humana, ya que se ha prestado más atención a su historia natural, a su biota, al aspecto científico de las islas que al aspecto humano.

Por ejemplo, hay aspectos muy interesantes sobre personajes que visitaron el archipiélago, como el caso de Alexander Selkirk, marino escocés, quien estuvo durante cuatro años y cuatro meses como náufrago en una isla desierta de Chile. Su historia fue el modelo e inspiración para que el escritor inglés Daniel Defoe escriba su famoso libro ‘Robinson Crusoe’. Selkrik visitó las Islas Galápagos en 1708, con el capitán corsario Woodes Rogers, luego de haber saqueado el puerto de Guayaquil.

En 1789, nace el General José de Villamil, prócer de la independencia de Guayaquil, conquistador y primer gobernador del Archipiélago de Colón. Su nacimiento se realiza en la ciudad de Nueva Orleans, argumento que más adelante esgrimieran los Estados Unidos para “demostrar” que las Islas Galápagos no pertenecían al Ecuador, por lo que no existe en un grado suficiente como para darle derechos con respecto a otras naciones. En 1881, el presidente estadounidense Chester A. Arthur envió al Senado un informe sobre las islas en el que este “declaró que las Galápagos eran ‘Res Nullius’ (tierra de nadie) y que se ponía en duda la soberanía ecuatoriana sobre las islas.

Las Islas Galápagos, a través de su historia, han sido apetecidas por varios países: Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, China, Perú, Chile… Si las Galápagos siguen siendo ecuatorianas es por la decisión desinteresada y patriótica del pueblo, no tanto por la de sus dirigentes y gobiernos de turno, quienes las consideraban una carga y de poca utilidad. Continuará.