Gabriela Rosero
Mejores familias, mejores naciones es una frase que escuché en una conferencia de Diego Utreras, organizada por la iglesia Casa Central Familiar de Dios, realmente me quedé analizando en la profundidad de estas palabras y en la importancia de cada una de ellas.
Todos en algún momento hemos escuchado que la familia es el núcleo de la sociedad y esto es muy sencillo de interpretar, esta frase sintetiza la gran responsabilidad que tiene el hogar sobre lo que proyecta la sociedad, pues es la familia la primera responsable de la educación de un individuo.
Conocedores de esto, me atrevo a cuestionar ¿Qué estamos haciendo para cuidar a la familia?, me preocupa sobre manera que son nuestras mismas autoridades quienes atentan contra la estructura familiar, cuando ponen en debate la creación de nuevas leyes que denigran al ser humano.
Ayer leí en un medio impreso local la opinión de varios ciudadanos con respecto a una encuesta en la que se consultaba ¿Están o no de acuerdo sobre la posibilidad de que en el Código de la Salud se brinde la alternativa para que los niños escojan cambiarse de sexo? Sin palabras y hasta sin aliento me quede.
Mis últimos editoriales están enfocados en la familia y es que debemos tomar conciencia de que no es la “familia” la que está siendo atacada, es nuestra familia. Los altos índices de divorcios, violencia intrafamiliar, femicidios y suicidios son parte de nuestro diario vivir. Estoy segura que todos tenemos un familiar o un amigo que esta sufriendo las consecuencias de este desorden social, por qué no empezamos a tomar acciones en donde si nos es posible actuar, que es nuestro hogar.
Hombre y mujeres (padre y madre), porque siempre tomamos el camino más fácil, porque somos egoístas y pensamos solo en nosotros. Te invito a reflexionar sobre otras posibilidades de salvar nuestra familia y con nuestras decisiones aportar a tener una mejor sociedad. Te comparto el link de la conferencia
https://www.facebook.com/casacentralfamiliardeDios/videos/2387590004816381/
Siempre hay esperanza y estoy convencida de que el amor rompe barreras, si queremos un mejor Ecuador, empecemos desde casa. Tú decides.